MIRAR(NOS): Reconciliarse o no, he ahí el asunto

La frase dice, si mal no recuerdo, he ahí el dilema; cambiando como ustedes saben el participio reconciliar. Pero no quiero comenzar enjuiciando, nunca ha sido mi propósito modificar formas de pensamiento. Antes bien, si alcanzo que tengan un juicio más sobre determinado asunto... habré cumplido el propósito inicial de esta columna de los viernes.

En la novela cubana que casi acaba de dar su pitazo inicial, uno de los principales conflictos resulta de la historia de Marina y Omar. Una verdadera anti-relación si quien saber lo que opino. Bueno pero aquí no vamos a hablar de ella. Simplemente la uso como botón porque después de un ensarte (para ajustarme a los términos de marineros) de malas ac(p)titudes para con su esposa, él busca la reconciliación. No es para él una meta en sí, parece que le diera lo mismo cualquier “sayita”. Pero queda claro que lo considera asunto de honor, no es plausible para los machos alfa ser los abandonados.

Hago un alto en el camino. Cuando una mujer (u hombre) con las comodidades evidentes de Marina se lanza a la aventura de partir, sus razones sabe ¿o no? En todos los casos de la sociedad no hay retrato, a la vista de todos, de telenovela por lo que nos enteramos poquísimas veces de los motores que impulsaron la partida. Y entonces, como no sabemos, empezamos a enjuiciar, a no ponernos en la piel del otro.

Lo más fácil siempre ha sido, es y seguirá siendo amar. O sea, no se dan cuenta ¿herir lleva por lo menos una cuota de esfuerzo mayor? Una premeditación de parte de quien lastima porque si alguien es malo porque sí, entonces ya entraríamos a analizar otras cuestiones más vinculadas al odio como lei motiv. En lo personal sigo creyendo en la utilidad de la virtud, en que, como dijera el Maestro, se es bueno porque sí.

Pero es una verdad como una casa, las personas se separan todo el tiempo y no en todos los casos prevalecen los sentimientos positivos después de la ruptura.

Yo, Liz Beatriz Martínez Vivero, con plenitud de facultades físicas y mentles, les mando hoy a perdonar aunque duela porque es peor el rencor….y la raíz de amargura que deja.