Lester Hernández: sonrisa en tierra, furia en aguas

Fotos del autor y cortesía del entrevistado

   Lester Luis Hernández Martínez siempre me pareció un chico alegre, del tipo de muchachos que ríe por cualquier motivo y, hasta en las situaciones más serias y complejas, es capaz de esbozar una sonrisa.

   En medio de un improvisado juego a las escondidas, en las más dramáticas batallas a los pistoleros y en el antes común juego de pelota a la mano, el niño Lester siempre tenía un comentario jocoso, una frase para suavizar tensiones en la que afloraba la candidez de aquel chiquillo campeón.

   Sin embargo, Hernández Martínez tenía su escenario de furia, un pedazo de mundo en el cual no cabían sonrisas sino muecas y ademanes, donde no repensaba bromas sino acciones, un trozo de mar en el que era más feliz que en cualquier pedazo de tierra.

  
   Lester tenía 14 abriles, era el más despistado de su clase, según cuenta, y ya vestía el traje del equipo Cuba de velas en la modalidad de láser estándar.

   Paseó por Singapur, en los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud en 2010, por Venezuela en los terceros del Alba y en Veracruz, México, vivió sus primeros Centroamericanos y del Caribe en 2014, pero los viajes no deformaron la mentalidad del joven sencillo y juguetón.

   Ahora voy con todo a los regionales de Barranquilla 2018: pasé lo indecible para conseguir estabilidad en el peso ideal para la clase sunfish (70kg) y espero regresar a Cuba con la medalla más importante en mi carrera deportiva, dice quien posee un rosario de títulos nacionales en las paredes de su cuarto.

   Este calendario me propuse cuatro quimeras, la primera la conseguí cuando alcancé el peso ideal y la segunda es defender con profesionalidad el ejercicio de culminación de estudios para la Licenciatura en Cultura Física, cuenta el estudiante universitario.

   Al decir del atleta de 23 años otras metas serían alcanzar la tan ansiada presea en Barranquilla y obtener la clasificación a los Juegos Panamericanos de Lima, Perú en 2019, capital conocida por Lester en 2017;  cuando intervino en la local liga de velas.

   La experiencia en aguas peruanas fue excelente, tuve oportunidad de codearme con varios de los mejores especialistas de la clase sunfish, entre ellos el bicampeón mundial Alonso Collantes, reconocido popularmente como Perro Malo, refiere.

   Más allá del roce competitivo la aventura en tierras peruanas amplió mis conocimientos técnicos sobre el deporte de las velas, fundamentalmente en cuestiones relativas a la puesta a punto de la embarcación antes de la regata, precisa el excelso velero, a quien fascinan los videojuegos y la tranquilidad del hogar.

   Quiero llegar a un campeonato del orbe- suelta de golpe-, sé que parece casi imposible pero es algo que no se me quita de la cabeza y entre el batir de unos vientos y el movimiento de unas olas: ¿quién sabe si algún día el disparo de arrancada me sorprende en un mundial?, finaliza.