Nueva York denuncia a gigantes farmacéuticos por crisis de opiáceos

Nueva York denuncia a gigantes farmacéuticos por crisis de opiáceos
Fecha de publicación: 
23 Enero 2018
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Los gigantes farmacéuticos reciben cada vez más denuncias por su rol en la epidemia de opiáceos que golpea a Estados Unidos: Nueva York envió a varias empresas a la Justicia este martes, mientras que la famosa fotógrafa Nan Goldin lanzó una campaña contra Purdue Pharma.

Con una denuncia presentada ante la Corte Suprema de Nueva York, la ciudad reclamó a las empresas Purdue Pharma, Teva, Cephalon, Johnson&Johnson y Janssen, "medio millón de dólares" para ayudar a financiar la lucha contra esta epidemia provocada por el abuso de medicamentos analgésicos de receta médica.

Nueva York se suma así a las acciones de varias centenas de jurisdicciones (estados, ciudades, condados) que estiman que "es tiempo que esas empresas sean consideradas responsables" de este flagelo y que "ayuden a salvar vidas", dijo el alcalde Bill de Blasio en un comunicado.

La tasa de mortalidad por sobredosis en Nueva York se duplicó entre 2010 y 2016. La epidemia deja más víctimas que los accidentes de autos y homicidios juntos, añadió el alcalde.

En 2016 el país registró 63.600 muertes por sobredosis, según las últimas estadísticas de los Centros para el Control y Prevención de enfermedades (CDC, por su sigla en inglés).

La tasa de mortalidad por sobredosis, que contribuyó a reducir la esperanza de vida estadounidense entre 2015 y 2016, llegó a 19,8 por cada 100.000 personas en 2016, lo que representa un aumento de más de 20% con respecto a 2015 (16,3 cada 100.000) y es tres veces mayor a la tasa de 1999.

- "La muerte de una nueva generación" -

Tras haber estado al borde de la muerte por la adicción a los opiáceos, la famosa fotógrafa estadounidense Goldin acaba de lanzar una campaña para denunciar a la industria farmacéutica y especialmente al gigante Purdue Pharma.

Nan Goldin, de 64 años, creó una petición denunciando el papel del grupo farmacéutico Purdue Pharma y sus dueños en la promoción del medicamento analgésico más vendido del mundo, el OxyContin.

Este medicamento le fue recetado en 2014 mientras vivía en Berlín, y Goldin cayó en la adicción, de la que solo logró salir hace unos meses.

"Sobreviví a la crisis de los opiáceos. Casi me quedo ahí", escribió Nan Goldin en la carta que acompaña una petición denunciando a la compañía Purdue Pharma en Change.org, firmada ya por más de 6.000 personas.

Terminado el tratamiento, la fotógrafa hizo una investigación y descubrió "que la familia Sackler, cuyo nombre conocía de museos y galerías de arte, es responsable de esta epidemia".

La fotógrafa explicó que formó un grupo, PAIN (Prescription Addiction Intervention Now, y también significa "dolor"), con el objetivo de que la familia Sackler y Purdue Pharma financien programas de tratamiento y prevención, pero también pongan en marcha un plan para limitar su prescripción por parte de los médicos y dar a conocer los peligros de estas drogas.

A través de Twitter y bajo el hashtag #ShameOnSackler, Goldin instó a museos y universidades que se benefician de las donaciones de la familia Sackler -entre ellos el Museo Metropolitano de Nueva York, el Guggenheim, o Harvard- a "rechazar (sus) futuras donaciones".

"La mayoría de las personas de mi entorno han muerto de sida, y no puedo ser testigo de la muerte de una nueva generación", escribió recientemente la artista en el sitio especializado ArtForum.

Purdue Pharma reaccionó a través de una carta abierta en su página web en la que asegura que están actuando contra la epidemia.

"Nuestra industria y nuestra compañía ya están tomando y seguirán tomando medidas significativas para reducir el abuso de opiáceos", señaló la empresa, que afirmó además que apoya las iniciativas para educar a los médicos y que trabaja en el desarrollo de analgésicos no opioides.

En cuanto a la familia Sackler, la hija del fundador, Elizabeth Sackler, manifestó su "disgusto" por el papel de Purdue Pharma en la crisis de los opiáceos y dijo "admirar la determinación de Nan Goldin para actuar", en un comunicado en el New York Times.

Además de los fabricantes y distribuidores, los médicos que recetan ilegalmente opiáceos se encuentran también en la mira de la justicia estadounidense, con denuncias cada vez más frecuentes.

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