Play off escena VIII: Cómo forzar un séptimo juego en el Mella

Play off escena VIII: Cómo forzar un séptimo juego en el Mella
Fecha de publicación: 
16 Enero 2018
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En definitiva manual de cómo forzar un séptimo partido semifinal por parte de los Leñadores que con racimo de cuatro carreras en el la baja del octavo episodio sentenció el sexto duelo 6-3 y extendió el match a un duelo de vida o muerte en sus predios del Julio Antonio Mella.

Tercera victoria de los Leñadores, válida para igualar la semifinal a tres triunfos. Un desafío que tuvo de todo, definido nuevamente en las postrimerías, con tres jugadas que requirieron el replay, otra de apreciación arbitral y la segunda sonrisa del apagafuegos refuerzo artemiseño José Ángel García, acostumbrado a situaciones de presión y quien ya saboreó las mieles de ser campeón nacional con el desaparecido conjunto de La Habana.

Juego que pintaba como duelo de pitcheo entre dos cartas seleccionadas como refuerzos: el derecho Vladimir Baños por los locales y el zurdo Misael Villa. De hecho villa redondeó 16 entradas sin permitir limpias, pues las dos facturadas por los tuneros, y que constituyeron su ventaja parcial hasta la alta del sexto, fueron sucias, provocadas por tres errores en defensa de los azules, quienes hasta ese instante se habían comportado herméticos guante en mano.

Con la desventaja parcial y a la altura del sexto acto, nuevamente un cuadrangular con dos hombres en las almohadillas, sacó del partido a Baños, solo que en esta ocasión lo conectó en calidad de emergente el también refuerzo Eriel Sánchez, para darle un vuelco momentáneo al choque.

Reza un adagio que cuando usted no fabrica anotaciones, el contrario se las hace. Justamente eso le sucedió a los capitalinos en el octavo acto, el de la debacle, cuando no le anotaron a José Ángel con dos corredores en circulación y un out, y llegó el final de delirio tunero, calco de sus dos desenlaces airosos anteriores.

Hay varias cuestiones a señalar: la primera de ellas el hecho de que Victor volvió a depender de Vladimir García, quien había visto la colina de los martirios en cuatro de los cinco choques precedentes y que en la última aparición no tuvo efectividad alguna. Se repitió la historia y el diestro avileño fue bateado, soportó dos carreras, con un cañonazo medular del inicialista Rafael Viñales, quien había acusado un slump alarmante durante todo el match, pero que recibió un enésimo voto de confianza de su mentor Pablo Civil. Vladimir estaba muy al medio, sin velocidad dominante y con el rompimiento lejos de esa precisión necesaria, máxime en un momento clímax del juego.

En ningún béisbol del planeta se ve que un director eche mano del mismo lanzador, así sea taponero de solidez extraordinaria, en casi la totalidad de los choques.

Analicemos las dos últimas Series Mundiales de la MLB, recalemos en Japón, pensemos en Mariano Rivera en sus momentos de mayor esplendor, y hallaremos algunas respuestas.
Por un momento pensamos que echaría mano de Freddy Asiel Álvarez en ese ahora o nunca del octavo, pues salió a calentar, pero en definitiva no fue así.

Luego Eddy Abel García, uno de sus puntales del bullpen en la maltrecha segunda fase, tampoco hizo los deberes y soportó otras dos carreras que se antojaron lapidarias. Con el marcador adverso 3-6, el mal estaba hecho. Cabría preguntarse para qué hizo el viaje a Las tunas el resto del staff azul. David Mena, Noelvis Entenza, José Pablo Cuesta, Alexander Rodríguez, Adrián Sosa, Yunier Gamboa y compañía. ¿Acaso no estaban en condiciones tanto físicas como psicológicas de asumir protagonismo en un momento de estrés determinado? Por si eso no bastara, el propio Villa abrió el octavo con 98 envíos y solo le había conectado incogible Danel Castro, un hombre de nervios de acero y fraguado en mil batallas de la más diversa índole. Y si como parece, Víctor les tiene tan poca fe a sus restantes relevistas…

Ni Rudy Reyes, apenas sin comparecencias al cajón de bateo durante toda la campaña, ni Yoandri Urgellés, aún sin recuperarse del todo de su molestia en la pierna, pudieron mantener vivas las esperanzas de una nueva igualada al no entrar en circulación. Ambos fueron retirados por la dolorosa vía del ponche y cayó el telón con receta de strikes para el hombre proa Jorge Tartabull. Con esa sentencia, se desató el delirio en el Julio Antonio Mella tunero.

Clave a favor del cuerpo de pitcheo tunero, fue la capacidad para silenciar a la llamada tanda alta azul, pues entre Torriente, Malleta y Samón, dispararon dos inatrapables en nueve turnos, tanto Vladimir Baños, como posteriormente Diego Granados y el apagafuegos José Ángel García.El barbero de Guanajay demostró una vez más porqué es el máximo rescatador de victorias en nuestros clásicos, conjugando su recta con los rompimientos y colocando la pelota en aquellos puntos medulares para que la tanda azul no le conectase en dos entradas.

Merecida igualdad la de los tuneros, que con el respaldo desbordante de sus parciales, irán este miércoles al ruedo en una colosal disputa.

Anímicamente y con un bullpen en mejores condiciones, salen con ligera ventaja a su favor para sentenciar una semifinal bien atractiva.

Este miércoles en el rompecorazones de número siete, una vez más la tropa de la capital contará con los servicios de Freddy Asiel, a ver si en definitiva a la tercera va la vencida y rompe el maleficio que lo acechó durante la serie y se extiende a la postemporada. Si me interpelaran, me moriría con él en caso de que se presentara dominante.

Yoalkis Cruz o Yudier Rodríguez pudieran ser las designaciones de Civil. Por detrás, de ser necesario, todo el que esté listo, pues a ambos directores, a dos huestes que han regalado un play off parejo y muy disputado, les irá la vida.

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