Aficionados a los Leñadores: Esto no se acaba hasta que se acaba

  Un aficionado que estaba a la entrada de la capital provincial, le narró a la ACN que no se veían alegres los peloteros en el ómnibus que los trasladaba desde La Habana, pero en la medida en que se adentraban en el macizo urbano, los “muchachos” se reanimaron y comenzaron  a saludar con emoción.

   Los aficionados quieren más, que su novena se corone, pero de no ser posible, el camino recorrido hasta aquí es digno de elogio y de un reconocimiento a todos, porque a todos se  les debe la inclusión entre los cuatro grandes de la pelota cubana, comentó otro admirador del elenco, cuando la caravana pasaba lentamente cerca del  céntrico parque Vicente García.

   Aplausos a los atletas que hoy están rindiendo en el terreno y que en otra etapa estuvieron silenciados en la ofensiva; y aplausos también a quienes están en un slung, pero fueron decisivos en otras fases. Y eso fue lo que hicieron los citadinos.

   En el extenso cordón, a lo largo de las principales arterias de la ciudad, estaban los empedernidos en el pasatiempo nacional; pero también  los hombres, mujeres y niños, a los que el béisbol los aborrecía, y ya son fan a este deporte desde que los Leñadores han llenado de colores la LVII Serie Nacional. 
 
    Al masivo recibimiento se unió el reconocimiento oficial, durante la XXVII Sesión Ordinaria de la Asamblea Provincial del Poder Popular,  en la que  las principales autoridades políticas y gubernamentales  los felicitaron e hicieron entrega de una distinción por los resultados en la serie.

    No estamos perdidos, vamos a ganar, pueden estar seguros, dijo a los delegados el mentor Pablo Civil, al referirse a los dos partidos de este martes y miércoles en el estadio Julio Antonio Mella frente a Industriales.

    Tras efectuarse cinco partidos en el play—off,  la balanza está a favor de los Azules 3-2, de ahí que los Leñadores tienen que asegurar el sexto encuentro para poder disputar el séptimo y último desafío, que dará el boleto para discutirle la corona a los Alazanes de Granma.