Atreverse en pelota: Tropezar otra vez con la misma estructura

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Atreverse en pelota: Tropezar otra vez con la misma estructura
Fecha de publicación: 
19 Diciembre 2017
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Sinceramente, había abandonado la idea de opinar sobre cómo debería ser el Campeonato Nacional de Béisbol, hasta que oí casualmente al actual Comisionado Nacional y ex magnífico lanzador jatiboniquense, Yovani Aragón, comunicar que la próxima serie nacional tendrá igual estructura que esta y la pasada, nada admirables en su desarrollo, cansonas para los atletas y costosas.

Si varias veces se ha repetido que esta ha sido más exitosa por la afluencia de público, no se debe olvidar que dos de los ocho equipos clasificados han sido Industriales y Pinar del Río, que arrastran simpatías, sobretodo el primero, a nivel nacional, desde Mantua hasta Baracoa, pasando por Jatibonico, donde muchos en el estadio que lleva el nombre de Genaro Melero –aún vivo en ese entonces- acudieron esperanzados en una victoria industrialista sobre Villa Clara (a la que pertenecía la hoy localidad espirituana, luego de ser desgajada de Camagüey), pero el asma jugó una mala pasada al dominante Lázaro Valle.

Y hace unos cuatro años, en una discusión en una barbería, la de Alex, en la Zona 7 de Alamar, con uno de los usuarios, hizo surgir la idea de un torneo sencillo, original, mucho menos costoso, y que al final, en un par de años, cuando más, sería atractivo y palearía las continuadas ausencias y carencias de pelotas, chingalas, etcétera, producto del difícil desarrollo económico y la actitud agresiva imperialista, con el abierto fin de ahogarnos en todos los ámbitos de la vida.

Asimismo, debemos dejar a un lado todos esos manierismos y flatulencias mentales sobre derbies, clásicos, y ese nada original de “los comodines”, y que el mérito final recaiga en quienes jugaron bien las etapas beisboleras propuestas.

LA PROPUESTA

Un campeonato nacional dividido en dos etapas: una regional -que disminuye los costos- y otra selectiva -que aumenta la calidad.

En el regional, serían 16 equipos: seis por Occidente, y cinco por cada una de las otras regiones, donde se jugaría dentro de esta, con el fin de hacer surgir un campeón y una selección.

El reto sería hallar un Schedule para la zona donde se desenvolverían seis equipos, con el fin de equiparar el número de juegos y la fecha pareja de la terminación general.

El campeón también se refuerza, dentro de la zona, debiendo escoger por lo menos los dos primeros jugadores del número que se determine a escoger.

Los seis equipos jugarán en la segunda etapa, que debe ser por los meses de nuestros otoño e invierno, de donde surgirá el campeón que se reforzará para la Serie del Caribe.

En la primera etapa se evitarán los largos, cansones y costosos viajes. Los campeones, por supuesto, llevarán los nombres de los ganadores en las distintas regiones, y las selecciones podrían ser Orientales, Centrales y Occidentales.

Sobre los uniformes, el campeón, por supuesto, utiliza los propios, pero las selecciones pueden utilizar un uniforme con el nombre de la selección, y otro con el del equipo al que perteneció en la primera etapa, para que se constaten la variedad y la procedencia.

La forma de juegos, número, choques, etc., se deciden previo estudio, ya que, subrayo, la parte occidental tiene un equipo más, pero nunca, a excepción si es campeón, un equipo pinero debe viajar hasta Santiago de Cuba, por ejemplo.

No caer en el paternalismo si una zona parece más floja que otra, ni, por ejemplo, colocar a Sancti Spiritus en Occidente, porque a las autoridades locales, de cada provincia, les corresponde desarrollar el béisbol desde la base, cuidar los terrenos y preparar toda la logística al efecto, principalmente para agasajar al visitante. ¿Qué faltaría? ¡Atreverse!

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