Donald Trump: Un día en la Casa Blanca

Donald Trump: Un día en la Casa Blanca
Fecha de publicación: 
13 Diciembre 2017
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Se nombran: Maggie Haberman, Glenn Thrush y Peter Baker.

De acuerdo  a su versión, el Presidente se despierta alrededor de las 5 y 30 de la mañana, enciende la televisión y en su dormitorio sintoniza CNN para ver noticias y después cambia para el programa Fox & Friends y busca ideas para redactar sus mensajes.

Algunas veces, sintoniza Morning Joe en MSNBC porque el tono contrario lo enardece.
Según sus ayudantes, Trump a veces con energía o furia (o ambas)  tuitea acomodado en sus cojines y además, en ropa de dormir comienza a hacer sus llamadas oficiales y personales.

Para el Mandatario se ha convertido ya en una obsesión los comicios de 2016 y la supuesta injerencia rusa en estos.

Sus colaboradores más cercanos calculan que Trump pasa por lo menos 8 horas diarias frente a la televisión viendo noticieros, sin sonido, sumergido en las guerras de los diferentes canales con ansias de contraatacar.

En ese contexto el  senador republicano de Carolina del Sur, Lindsey Graham señaló que “Siente que hay un esfuerzo por minar el hecho de que haya sido electo y que los alegatos de una complicidad  son infundados”.

Graham, quien ha pasado el mayor tiempo con el presidente que la mayoría de los legisladores, también revelò: “Creo apasionadamente que la izquierda liberal y los medios están enfocados en destruirlo, pero hay que encontrar el punto medio entre ser luchador y ser presidente”.

Los periodistas del Times, Haberman, Thrush y Baker, en su articulo plantean que algunos políticos y expertos se lamentan que haya tanta inestabilidad y, aun sin ser médicos, no tienen reparos en diagnosticar a Donald Trump  públicamente diversos padecimientos mentales.

Ellos opinan que es menos popular que cualquiera de sus predecesores en este momento de su mandato —solo el 32 por ciento aprueba su gestión según la más reciente encuesta realizada por el Pew Research Center.

Jared Kushner, yerno y asesor, ha dicho a sus asociados que Trump, con 71 años, nunca cambiará, y predijo que no modificará o quizás ajustarà, el cargo según su voluntad.

Otras personas dicen que Trump llama a uno de sus asesores, John Kelly, hasta doce veces al día, incluso cuatro o cinco durante la cena o cuando sale a jugar golf, para preguntar sobre sus horarios o buscar consejos sobre políticas.

Este método, según Trump “le da tiempo para pensar”.

Otra muestra de su inestabilidad mental.

Los ayudantes de la Casa Blanca consideran a Kelly como un confidente clave y un consejero sabio, quien le manifestó al Presidente que aprueba sus declaraciones acerca de que algunos reporteros están interesados únicamente en desmantelar el gobierno.

Muchas personas en Washington, y afuera de ese centro de poder, parecen estar convencidas de que hay una estrategia detrás de las acciones que toma Trump. Pero, en realidad, raramente hay un plan más allá de la autodefensa, la obsesión y lo impulsivo.

Los periodistas del Times puntualizan que Donald Trump mientras ve televisión generalmente  comparte su tiempo con quienes estén próximos, incluso el personal de limpieza y ayuda.

Al tiempo que mediante un botón solicita un refrigerio con una lata de Coca Cola de las que se dice bebe alrededor de doce diariamente.

He ahí un día en la Casa Blanca del actual presidente de Estados Unidos.

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