EN GALERÍAS: Divertimentos de Pedro de Oraá

Estamos hablando de uno de los maestros del arte abstracto en Cuba, aunque ¿hasta qué punto son abstractos estos acrílicos? La composición geométrica es infinita, triunfo de la forma pura, ajena, al menos en su planteamiento más radical, a implicaciones metafóricas o regodeos líricos.

Pero la geometría para Pedro de Oraá es solo el comienzo del juego, parte del juego. Él lo ha dicho en las palabras del singular plegable que acompaña la muestra: la artesanía, que es cotidianidad, asume naturalmente esas constantes: ahí están los cobertores que hacían nuestras abuelas con retazos de tela, fiesta del color y las texturas.

Hay en esos cubrecamas un trazado hasta cierto punto caprichoso, pero con determinadas pretensiones estéticas. El arte del maestro, sin traicionar su reconocida y reconocible vocación estilística, bebe de las mismas fuentes. Pero aquí nada depende de la casualidad.

Claro, la obra se completa cuando tiene al espectador delante. Habría que ver las asociaciones de cada quien. El concepto curatorial reúne impulsos y continuidades formales. Se sugieren aquí y allá unidades de sentidos, obras que se concatenan o interactúan con el conjunto, no solo a partir de las líneas, sino también por las tonalidades.

Divertimento —el título de la exposición dice mucho— ofrece un panorama reciente de la creación de Pedro de Oraá. Es una obra que no ha desdeñado el sentido decorativo, pero que nunca ha sido inocente decoración.

Estará abierta al público todo el mes de noviembre.