Legislativas argentinas: Macri se consolida

Ni el asesinato de Santiago Maldonado, los abusos contra Milagros Sala, la represión a manifestaciones populares, la disolución de avances sociales de gobiernos anteriores, el aumento del desempleo, la miseria y la entrega del país a la oligarquía local y monopolios internacionales pudieron impedir el triunfo de la derechista agrupación Cambiemos, de Mauricio Macri, en las elecciones legislativas de este domingo en Argentina.

Algunos se preguntarán cómo esto puede ser posible, olvidando que algo parecido ocurrió en las elecciones primarias del pasado agosto y el viraje fundamental que significó la victoria de Macri sobre el mal escogido candidato kirchnerista Scioli  para asumir la presidencia.

Independientemente de los resultados favorables al macrismo en las principales provincias y la capital, así como que pudiera o no obtener la mayoría legislativa, ello  no ha representado hasta ahora obstáculos para los decretos presidenciales, ni la entronización de un neoliberalismo que avanza y se consolida cada vez en un país que representaba una esperanza para el movimiento progresista.

Buenos Aires seguirá siendo un bastión macrista, Cambiemos obtuvo un triunfo claro en Santa Fe- que estaba gobernada por un socialista-, la hasta ahora peronista Entre Ríos también fue ganada por Macri, y Córdoba y Salta siguieron el mismo camino.

En fin, una victoria de la derecha en la que ha estado virtualmente ausente la acusación de fraude, en comicios en los que los más abandonados no se molestaron en concurrir, ocupados por su sobrevivencia.

En La Rioja, el ex presidente Carlos Menem, de 87 años,  afrontaba un duro revés a manos de sus alumnos de Cambiemos, pero seguirá conservando su banca senatorial, que es lo que más le interesa.

Un centro y una izquierda divididos coadyuvarán a que Macri siga su “hoja de ruta” para consolidar su política neoliberal.

Que más de las tres cuartas partes de los votantes hayan elegido fórmulas entre derecha y centroderecha no son buenas noticias, de ninguna forma que se lo mire. El resultado de Buenos Aires, donde reside el 8% del padrón nacional, confirma la derechización coyuntural del panorama político nacional.

La relativa ¨estabilidad¨ de la economía y la esperanza que inspiran los contratos de entrega del país al imperialismo, el dominio dictatorial que todavía ejerce la burocracia  sobre gran parte de los sindicatos; la ausencia de alternativas políticas con peso de masas en el movimiento obrero y popular son algunas de las razones que explica esta evolución a la derecha del espectro electoral.

También contribuye la acción del gobierno, que disfraza con retórica progresista contratos de entrega del país al imperialismo o la elección de sucesores entre neoliberales y centroderechistas.

La burguesía, tanto en el gobierno como opositora, no sólo gana dinero de la explotación de los trabajadores y usurpa el gobierno como una minoría de la sociedad, sino que también controla la cultura y tiene el dominio ideológico en la sociedad.

A través de diarios, TV y radios, publicidad y universidades y colegios al servicio de una educación que realza los valores burgueses y muestra los intereses, necesidades y hasta gustos de la clase dominante, se logra imponer una cultura de aceptación y sumisión, clientelismo y enajenación de la soberanía popular.

Los medios, la burocracia sindical y los partidos del sistema han disfrazado todas las diferencias y los problemas sociales detrás de una disputa por el modo de gobernar, la llamada abstracción de ¨la República¨ y los estilos de los dirigentes, y limitado los problemas sociales a la disputa por el impuesto a las ganancias sobre los salarios de la aristocracia obrera.

¨Son todos iguales¨, ¨votar por el mal menor¨, ¨es lo que hay¨, ¨hay que avanzar de a poco¨, ¨no son republicanos¨ son todas partes de la ponzoña que se destila al tiempo que nos disuelven a todos en un mar de ¨gente¨ o ¨vecinos¨ como si esas categorías eliminaran por arte de magia las diferencias de clases y de intereses.

Las demandas obreras, la burocracia las ha reducido a exigir una rebaja en el impuesto a las ganancias para los sueldos más altos. Hay un sector de trabajadores y el pueblo que  quisiera luchar contra el imperialismo  por los derechos obreros de los más explotados al trabajo y la vivienda, así como la salud y la educación gratuitas  para todos, como un derecho, no como una dádiva.

Pero aún no cuenta con fuentes propias, en tanto la derecha avanza, se consolida con Macri en el poder, con una única y principal oponente de prestigio, la ex presidenta y ahora senadora electa, Cristina Fernández, quien afirmó que la principal causa de la victoria macrista fue la división de las fuerzas peronistas, y aseveró que hay que construir sanas alianzas para salirle al paso a las políticas neoliberales del oficialismo y lograr la victoria popular en las elecciones presidenciales del 2019.