Serie Nacional 57 de Béisbol: Apuntes antes de caer el telón de la primera etapa

La primera fase de la 57 Serie Nacional de Béisbol prácticamente es cosa del pasado. Aún cuando la calidad actual de nuestro béisbol dista de la de tiempos atrás, o más bien el desarrollo en el nivel de juego de otros países y Ligas ha sido más acelerado que el de la nuestra, va cumpliendo su objetivo.

Rivalidad exacerbada al punto de que entre los cuatro aspirantes a las posiciones que disputarán los choques de comodín, solo existía un juego y medio de diferencia al momento de redactar estas líneas.
Vayamos a algunas cuestiones ilustrativas:

1-    De los cuatro semifinalistas de la temporada anterior, (Ciego de Ávila, Granma, Villa Clara y Matanzas) solo los yumurinos accedieron en esta ocasión a la segunda ronda vía directa.

2-    Vuelven al ruedo dos históricos con aires de sólidos contendientes: Industriales y Pinar del Río de la mano de Víctor Mesa y Pedro Luis Lazo; además de que Santiago de Cuba tuvo destellos iniciales de solidez, luego desaparecidos.

3-    La afición, de forma general, ha vuelto a sentir por el béisbol, pendiente de las novenas de su preferencia y del cuadro definitivo de seis contendientes a la corona que actualmente ostenta Granma.
4-    Nueve selecciones de las 16 involucradas terminaron con saldo positivo de victorias y derrotas en los 45 desafíos clasificatorios.

5-    Se han definido un mayor número de choques por margen de una o dos carreras y disminuyeron los nocaos propinados.

Toca el turno de analizar algunos indicadores colectivos asociados al pitcheo, bateo, y defensa, sin desarrollarse las dos fechas conclusivas de juegos pendientes.

A la ofensiva, la media del campeonato estaba fijada en 283, con seis armadas por encima de ese average e Industriales (316), el eliminado Mayabeque (308) y Sancti Spíritus (307) a la cabeza. Se habían conectado 448 jonrones, con slugging de 391 y OPS de 760, total de impulsadas de 3 153 y 5 492 corredores dejados en circulación.

Justo acá haré una pausa, pues por inverosímil que parezca, los hombres se han parado en el home con mayor grado de oportunidad, evidenciado en acumulado de 297. A ello sumamos 2 172 corredores remolcados en posición anotadora, además de 750 hombres traídos como empate o ventaja de los partidos. Eso sí, aún hay grandes lagunas asociadas a la discriminación de lanzamientos y el meterse en conteo ante lanzadores rivales. Tal es así que se han tomado 1 374 ponches frente a 1 514 bases por bolas del total de 3 149 y 2 813 que exhibe el campeonato respectivamente.

Guante en mano igualmente se logró estabilizar un tanto. Se habían cometido 689 errores en 27 164 lances para una media de 975, con 853 jugadas de doble play, y una relación de bases robadas-cogidos robando de 280-251.

Paradójicamente Granma, uno de los conjuntos que hasta hace tres campañas peor desempeño ostentaban a la defensa, se colocan punteros en esta oportunidad (984), mientras el sotanero en este rubro era Camagüey (965).

Dejar al pitcheo para el final no fue ocasional ni mucho menos. Desde hace más de una década constituye el Talón de Aquiles de nuestro béisbol en eventos internacionales. Todavía no concientizamos profundamente los roles de cada pitcher dentro de un staff, el descontrol es un aliado casi perenne de la mayoría, la distribución de los comandos y repertorio de lanzamientos carece de solidez salvo muy contadas excepciones…

Con ese rosario de agravantes, nuestros serpentineros trabajaban de forma general para 4.47 limpias por cada nueve innings. A las 2 813 transferencias sumaban 418 dead ball, 95 balk y 368 wild pitch.

Realmente de esos globales el mayor grado de incidencia negativo lo exhibían los relevistas, cuyo promedio estaba fijado en 4.78 al momento de redactar estas líneas. Les conectaban para 291 y atesoraban un saldo ganados-perdidos de 121-105, aderezado con 168 juegos salvados.

No en balde Pinar del Río (17 rescates), Las Tunas y Artemisa (16), todos en puestos de clasificación o comodín, en el caso de los comandados por Danny Valdespino, lo que confirma la máxima de muchos gurúes de la pelota, quienes afirman que el 75% de la victoria en un partido, depende de un pitcheo hermético.

Los propios pativerdes (3.19 de PCL), Matanzas (3.31), los azules de la capital (3.53) y los tuneros (3.60) eran los cuerpos más inmaculados.

Ese es un panorama general, cuando a las puertas toca el Juego de las Estrellas y la selección de los refuerzos, merecido impasse antes de entrar en el rigor de la ronda decisiva. La expectación crece.

Veremos qué solicita cada manager, en consonancia con sus necesidades reales, y cómo se ajustan esos nuevos componentes a la dinámica de juego de cada uno de los seis equipos involucrados en la pugna por el título de esta 57 temporada.