Amenaza al mundo

Amenaza al mundo
Fecha de publicación: 
27 Septiembre 2017
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En un socorrido argumento, el nonagenario y brillante especialista norteamericano Noam Chomsky afirmó, unos meses antes de las elecciones presidenciales de su país, que si Donald Trump resultara electo, el mundo estaría más que nunca abocado a una Tercera Guerra Mundial.

Los intereses chovinistas de gran potencia que auspiciaron la asunción del controvertido personaje han estado dispuestos a jugar hasta la última carta para llevar a Estados Unidos a la cúspide del dominio mundial, en detrimento incluso de sus aliados, sin importar las consecuencias que de ello se deriven.

Tal es así que, en una política de doble moral, dice auspiciar un diálogo con la República Popular Democrática de Corea, pero torpedea cualquier gestión que conlleve a propiciar la distensión en la península.

La política de sanciones y perenne amenaza de agresión han fracasado con una nación pequeña, pero con un gran desarrollo científico, que le ha propiciado poseer el arma nuclear y la continuación de un programa que, aunque no se divulgue mucho, tratará de llevar naves norcoreanas al espacio, incluso a la Luna.

Tanto Rusia como China se han opuesto a que se siga sancionando a Pyongyang por una política internacional agravada ante el empecinamiento de un Imperio que no quiere reconocer que un pequeño país esté dispuesto a enfrentar su poderío.

Así, EE.UU., léase Trump, está ensayando todo tipo de acciones experimentales para tratar de destruir a la nación socialista, sin contar con las posibles catastróficas consecuencias que de ello se derive, incluso la afectación de China y Rusia, quienes ya han expresado que no se quedarán de brazos cruzados ante tal acción agresiva norteamericana.

En este contexto, hace unas horas, el presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Consejo de la Federación de Rusia, Konstantín Kosachev, denunció la retórica bélica de Washington contra Pyongyang, enfatizó que Moscú no permitirá que EE.UU. haga experimentos cerca de sus fronteras, y advirtió que Corea Democrática no se quedará de brazos cruzados frente a una eventual agresión militar de Estados Unidos y sus aliados lo que “sería muy malo” para el mundo entero.

“Los líderes norcoreanos harán todo lo posible para protegerse de una interferencia exterior”. Si Pyongyang hace uso de “las posibilidades que tiene”, todo esto “terminará muy mal, no solo para la región, sino para todo el mundo, incluido EE.UU.”, reiteró.

El titular ruso considera que, en la crisis de la península coreana, Washington se siente “algo más cómodo”, dado que se encuentra “a una distancia geográfica significativa”, por lo que puede “permitirse el lujo de hacer experimentos”, pero que Rusia, debido a que comparte fronteras con la península de Corea “no puede permitir a EE.UU. ni a otros países que ocupan posiciones radicales aquí, que experimenten con Corea del Norte de este modo”.

A su juicio, Washington y sus aliados son responsables, en gran medida, del aumento de la crisis coreana cuya solución, definitivamente, no es militar, y agregó que mientras EE.UU. y otros países sigan “hablando abiertamente de la posibilidad de intervención y derrocamiento del régimen que existe” en Corea del Norte, Pyongyang “seguirá desarrollando su programa nuclear”.

SANCIONES INÚTILES

La crisis en la península coreana se trasladó la semana última al Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rusia volvió a subrayar que se oponía a nuevas sanciones contra Corea Democrática y que una opción militar era inadmisible, en respuesta a Estados Unidos, que había anunciado que presentaría una resolución en ese sentido.

China se sumó a las declaraciones rusas, al asegurar que los medios militares no son una opción ante la RPDC, y que “siempre se ha opuesto firmemente al caos y al conflicto en la península coreana. Desde este punto de vista, la respuesta militar no debe ser una opción”.

Pyongyang, a su vez, ha desestimado las amenazas de Washington, así como las presiones y sanciones internacionales en su contra, asegurando que cuantos más embargos reciba de EE.UU. y sus aliados, más rápido avanzará en su programa nuclear.

Asimismo, la agencia noticiosa moscovita Sputnik expuso que Rusia mostró a EE.UU., la línea roja con respecto a Corea Democrática, al tiempo que otro medio de Moscú, Nerzavisimaya Gazeta, consideró que el poderío militar de su país no permitirá a Donald Trump "cruzar el umbral nuclear y dar inicio a una guerra contra Corea del Norte”.

En este contexto, en un comentaron de la agencia norteamericana AP, se infiere la inminencia de un ataque contra Pyongyang, y recuerda que uno de los principales cuestionamientos en el escenario político global es si Trump repetirá en Corea del Norte las acciones del expresidente estadounidense Harry Truman, quien, en 1945, tomó la infame decisión de usar armas nucleares contra Japón.

Por otra parte, el general Joseph Lunfarda, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, señaló durante el Foro de Seguridad en Aspen, Colorado, que muchas personas han calificado el uso de las opciones militares (contra Corea del Norte) de 'inimaginable'.

"Yo probablemente cambiaría un poco esta afirmación y diría que sería horrible y que causaría [una cantidad de) muertes que jamás hemos visto en nuestras vidas. Lo que quiero decir es que cualquiera que haya nacido después de la Segunda Guerra Mundial nunca ha visto una pérdida de vidas tan grande como la que podría ocurrir, si se desata un conflicto en la península coreana", afirmó.
        
Pero a pesar de esta admisión de lo horrible de una guerra, el alto oficial indicó la posibilidad de que hay muy pocas opciones para evitar el inicio de la contienda nuclear.

OPCIÓN MÁS VÁLIDA

Sputnik también trae a colación la hoja de ruta presentada por Moscú para desescalar el conflicto, plan que para afianzar la paz en la región prevé la disminución mutua y gradual de amenazas y actos de provocación entre ambas partes.

De acuerdo con Ígor Morgúlov, viceministro de Exteriores de Rusia, la iniciativa ha sido desarrollada "en coordinación con China, una nación preocupada por los acontecimientos en la península de Corea". Además, la solución pacífica de las tensiones es apoyada también por Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur, ya que un conflicto nuclear en la península coreana afectaría también la población surcoreana.

Se desmiente así aquellas afirmaciones de militares estadounidenses acerca de que Rusia no iba a interferir en una agresión al norte de Corea, porque la zona de contaminación radiactiva no llegaría a EE.UU., sino a las dos Coreas, a Japón, a grandes áreas de China y al Lejano Oriente de Rusia.

Y si Washington cree que Beijing y Moscú se tragarán una nube nuclear en silencio, eso es probablemente un gran error de Trump, como confirman analistas rusos, quienes consideran que “si Washington estuviera seguro de que Beijing y sobre todo Moscú permanecerían neutrales" en el caso de un ataque del país norteamericano a Corea del Norte, entonces la nación de Kim Jong-un ya habría dejado de existir desde hace mucho tiempo".

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