CRÍTICA DE CINE: Una noche fuera de control

CRÍTICA DE CINE: Una noche fuera de control
Fecha de publicación: 
5 Septiembre 2017
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Un grupo de muchachas planifican una fiesta de despedida de soltera. Incluyen bebida, bailes eróticos y un stripper al que matan… sin querer. Esta es la premisa de la cual parte Una noche fuera de control (Rough Night, su título original).

No es un argumento original. Ya se han ocupado de hablarnos de macabras peripecias antes de bodas películas como Very Bad Things, de Peter Berg y Algo pasa con Mary, de los hermanos Farrely. Sin dejar de ser comedias románticas de Hollywood, la de Berg planteaba, a la vez que hacia reír, una fuerte polémica sobre lo que representa el matrimonio; la de los hermanos Farrely, con esos testículos que se traban en la cremallera, destrozaba tabúes de lo que se debe mostrar y lo que no en la pantalla grande.

Pero Una noche fuera de control (2017) no tiene ánimos de hacer pensar sobre ningún tabú o de polemizar sobre una cuestión cultural del momento. Su única intención es hacer reír. Y esto no está mal. El mundo nunca tendrá bastante de risa.

No importa si se trata, como en este caso, de una risa para adultos. A cada escena la celebración de la despedida de soltera se convierte cada más en un desastre con consecuencias horribles, que incluye el destrozo de una carrera política, un muerto de abdomen definido y un stripper que sueña con el amor.

Hemos visto tantas veces en el cine a Cameron Díaz haciendo papeles en comedia de enredos que sorprende ahora su ausencia. En su sustitución tenemos a Scarlett Johansson. Ella está, como siempre, muy hermosa. Tanto que su beldad termina por completar lo que le falta en histrionismo. Porque no es, ya lo he mencionado, de las mejores actrices de Hollywood. Y esto es una manera tierna y eufemística de decirlo. Pero es una venus en un mundo donde la visualidad impacta demasiado.

Una noche fuera de control: Scarlett Johansson, Kate McKinnon, Zoë Kravitz y Jillian Bell bajo la dirección de una Lucia Aniello que ya había probado su suerte sin éxito en la pantalla chica y que ahora se decide por una cinta sin grandes pretensiones, pero que se roba la carcajada de cada espectador. Acaso esto basta. La comedia es, en definitiva, un asunto muy serio.

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