Obama, aliado de Hollande en estrategia anticrisis

Obama, aliado de Hollande en estrategia anticrisis
Fecha de publicación: 
20 Mayo 2012
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El presidente francés, François Hollande, ha visto este fin de semana cómo la agenda de crecimiento que promulga para Europa ha encontrado a un aliado, al presidente estadounidense, Barack Obama. La sintonía que han mostrado ha cerrado la eterna disputa a ambos lados del Atlántico sobre la mejor estrategia anticrisis en Europa con un compromiso que busca el equilibrio entre la austeridad y la reactivación económica.

"La senda del debate que se ha tomado de forma reciente nos aporta confianza", ha declarado Obama en la comparecencia de prensa que clausura la cumbre del G-8 celebrada en Camp David, a las afueras de Washington.

En la antesala del G-8 eran muchos los que especulaban con que el presidente de EE.UU. y sus socios no europeos —Canadá, Rusia y Japón— presionarían a los líderes de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido para que reconocieran los beneficios de una estrategia que combina los ajustes y el estímulo, como predica desde hace tiempo Washington, pero que no había encontrado eco en Europa.

Ha tenido que llegar al Palacio del Elíseo el socialista Hollande, en un contexto en el que dominan los gobiernos conservadores y en el que varios Ejecutivos han caído por culpa de la crisis y las durísimas políticas de austeridad, para que Obama finalmente viera su gran oportunidad para impulsar de la mano de un aliado potente su estrategia en Europa.

"Ahora hay un emergente consenso en que hay que hacer más por promover el crecimiento y la creación de empleo ya mismo, en el contexto de estas reformas fiscales y estructurales", ha  afirmado el mandatario estadounidense, que siempre ha abogado por las políticas de crecimiento para sobreponerse a la crisis económica, en detrimento de la austeridad esgrimida por Alemania y, por ende, la Unión Europea (UE).

El crecimiento en Europa es el de EE.UU.

A Obama le interesa sobremanera que la eurozona salga de la crisis porque eso repercutirá favorablemente en la recuperación económica de EE.UU., todavía frágil, en un momento en el que se juega su reelección en los comicios de noviembre.

"Una economía europea en crecimiento y estable es el mayor de los intereses para todos, incluido el de Estados Unidos", ha ahondado Obama. "Si una compañía se ve forzada a reducir su presupuesto en París y en Madrid, ello podría suponer una ralentización de los negocios manufactureros en Pittsburgh y Milwaukee", ha argumentado el mandatario norteamericano.

El presidente estadounidense lo ha tenido más fácil de lo esperado por quienes habían augurado una fuerte resistencia por parte de la canciller alemana, Angela Merkel, quien, aunque aboga desde hace tiempo por mejorar la competitividad y generar empleo, siempre ha insistido en que no se puede fomentar el crecimiento "a crédito".

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