Mundial de Atletismo: Órbita de disco en suspense y Dafne Schippers voladora en serio

Mundial de Atletismo: Órbita de disco en suspense y Dafne Schippers voladora en serio
Fecha de publicación: 
12 Agosto 2017
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Análisis, tiempos, marcas. Tirarse en la línea de meta, estar expectantes de un centímetro. Todo eso y más tiene el Mundial de atletismo en Londres, que en la jornada de viernes tuvo una de sus mayores sorpresas.
Para cuando usted lea estas líneas, de seguro estarán sucediendo cosas, como las semifinales del 4x100 y la segunda jornada del decatlón. Pero siempre será provechoso echarle una ojeada a una fecha que tuvo en el uno-dos de las estadounidenses Emma Coburn (9:02.58 minutos) y Courtney Frerichs (9:03.77) en los 3 000 con obstáculos una de las notas más destacables.

Notable también, aunque un tanto esperado, el triunfo de la holandesa voladora Dafne Schippers (22.05 segundos) en el doble hectómetro, quien sintió el aliento de la marfileña Marie-Josée Talou (22.08), y el remate felino-ultra peligroso de la bahamesa Shaunae Miller-Uibo (22.15) a sus espaldas. Si bien Schippers se erigía como favorita, no pudo rebajar de los 22 segundos como en otras ocasiones. En lo personal, pese el récord nacional impuesto por Talou, creo que tanto ella como Schippers, se sintieron el peso de seis carreras en un lapso de seis días. Recordemos que ambas pugnaron y se agenciaron preseas en el hectómetro.

Perkovic vs. Cuba en el disco

Se repetirá el duelo del disco, con las mismas contendientes de los últimos grandes eventos. La croata Sandra Perkovic (69.67) mirando de reojo a las antillanas Yaimé Pérez (65.58) y Denia Caballero (63.74), tratando de evitar que se repita lo de Beijing 2015, cuando Denia le arañó la carrocería con aquel disparo de 69.38 metros.

Lo cierto es que en esta temporada ha sido Yaimé quien la ha superado. Pero Perkovic sabe que las nuestras cargan peligro en sus ejecuciones, giros, coordinación y órbitas.

El festín lo completan en rol de preocupantes igualmente la australiana Dani Stevens (65.56) y la francesa Melina Robert-Michon (63.97-tope de 2017). El cierre entre las 12 agraciadas lo puso Zinaida Sanndriute (61.48).

Teníamos el anhelo de ver nuevamente a una ochocentista en una final universal. Rose Mary Almanza estuvo a punto de conseguirlo. De hecho, la vida fue un tanto injusta con ella. El largar en la segunda más rápida de las tres semifinales le impidió colarse entre las ocho finalistas, pese a estampar el séptimo mejor registro (1:59.79). Fiel al guión previo, la sudafricana Caster Semenya (1:58.90) consiguió el mejor registro semifinalista.

Electrizante es el calificativo para la final del salto de longitud femenino. La estadounidense Brittney Reese (7.02) no respiró tranquila hasta el adiós. En el quinto intento Darya Klishina clavó sus pinchos en siete metros exactos y el sofocón continuó con la ejecución del adiós de su coterránea Tianna Barttoleta (6.97). Así exactamente quedó el podio de premiaciones repartido, amigos míos, con la que desde hace algún tiempo es la mejor del orbe a la cabeza.

Si de mejores hablamos, no podemos dejar de mencionar al martillista polaco Pawel Fadjek (79.73). Ese envío, si bien no superó los 80 metros como en otras ocasiones, le bastó para mantener a raya las amenazas del ruso Valeriy Pronkin (78.16), y el también polaco Wojecich Nowicki (78.03).

Vieron su instancia semifinalista los 100 c/v femeninos y los 1 500 metros para hombres. En la primera de esas pruebas la renacida australiaa Sally Pearson se vio sólida, al punto de estampar el mejor crono (12.53).
El reverso de la moneda fue la plusmarquista mundial, la norteña Kendra Harrison, que no corrió ni por asomo parecidos a sus 12.20 extraordinarios, ni a los 12.28 que exhibía e este 2017. Sus 12.86 en los que influyeron un tropiezo al cruzar la primera valla, apenas le alcanzaron para colarse en la definición por tiempos.

Por su parte los 1 500 tuvieron en el checo Jakub Holusa (3:38.05) al hombre de mejor tiempo. El tridente de poder lo completaron el keniano Timothy Cheruiyot (3:38.24) y el curtido polaco Marcin Lewandowski (3:38.32).

Sin mucho ruido transcurrieron las preliminares del salto de altura para hombres. Barshin y Bondarenko hicieron los deberes sobre 2.31, al igual que otros cuatro, mientras los restantes seis clasificados pasaron la varilla colocada en 2.29.

Vuelvo a donde estas líneas comenzaron, pues incluso hasta los más osados, tomando en cuenta su bronce bajo los cinco aros en Río de Janeiro, hubieran dado a la estadounidense Coburn como campeona. Lo cierto es que en un despliegue táctico sin precedentes y aprovechando el desconcierto que provocó el error de la keniana Chepkoech, quien se equivocó antes de cruzar el foso, tomaron la delantera y guardaron incluso fuerzas para llevarse la mejor parte en el sprint final. Tanto Coburn como Frerichs estamparon tiempos cúspides, y en el caso de la reina, incluso impuso primacía para estos certámenes.

Cae el telón, o mejor, casi haremos una transición de una jornada hacia otra. El penúltimo día de competencias tendrá nuevas emociones. Estados Unidos mantiene la cima del medallero, ahora con ocho cetros, otras tantas platas y siete bronces. Ninguna otra nación los asedia, así que parece ser que recuperarán la supremacía que cedieron ante Rusia en el 2013, y ante Kenia hace dos años en el imponente Nido de Pájaro de Beijing.

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