Los jóvenes españoles buscan en Alemania un refugio contra la crisis

Los jóvenes españoles buscan en Alemania un refugio contra la crisis
Fecha de publicación: 
7 Agosto 2017
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En Alemania, "las condiciones de empleo (...) son mucho mejores [que en España]: se gana más dinero, se tiene más poder adquisitivo", asegura Alberto del Barrio, un valenciano que trabaja en Berlín, en una empresa emergente especializada en marketing para teléfonos móviles.

Tras la crisis financiera global de 2008, España, Portugal y Grecia se hundieron en una devastadora recesión, y sus las tasas de desempleo subieron a niveles insostenibles, llegando alcanzar el 50% entre los jóvenes en España y en Portugal.

Como consecuencia de ello, decenas de miles de jóvenes europeos fueron a buscar empleo a Alemania, la locomotora económica de la zona euro, cuya tasa de desempleo (5,7%) cayó a su nivel más bajo desde hace casi tres décadas.

Entre 2008 y 2015, más de 47.000 españoles y 27.500 griegos de edades entre 18 y 25 años llegaron a Alemania en busca de empleo, según los datos de la oficina alemana de estadísticas Destatis.

Una oportunidad para Alemania donde algunos sectores sufren un déficit de mano de obra, mientras su población envejece y su tasa de natalidad está bajo mínimos.

En 2011, la canciller alemana, Angela Merkel, animó a los jóvenes españoles a probar suerte en el mercado laboral alemán y, dos años después, Berlín y Madrid firmaron un acuerdo que reservaba cada año 5.000 plazas de formación o empleos estables para jóvenes españoles.

- La generación Erasmus -

Alberto fue uno de los jóvenes que se beneficiaron de esa política, como gran parte de la "generación Erasmus". Después de estar un año en un programa de intercambio en una universidad de Praga donde conoció a su novia italiana, decidió partir a Berlín, donde "puede hablar en inglés" en su sector, cuenta a la AFP.

A unos 600 kilómetros al sur de Berlín, José Ramón Avendaño Fuentes, de 31 años, encontró un contrato de formación en una compañía de electricidad de Tacherting, una localidad de 5.000 habitantes cerca de la frontera con Austria.

Una agencia de empleo de Albacete le sugirió en 2014 que fuera a buscar trabajo al extranjero, ante la falta de oportunidades en su ciudad. "Ellos me dijeron que era posible encontrar trabajo en Alemania, donde realmente necesitan gente", dice en un alemán dubitativo.

Desde entonces, José Ramón se las ha ingeniado para integrarse en Tacherting. Ahora participa en una orquesta local y pasea tranquilo por el lugar luciendo el uniforme tradicional bávaro, una camisa con un pantalón corto con tirantes. "Tengo unos 500 colegas, la mayoría de ellos estupendos", dice.

- "Volvemos"' -

Pese a las promesas de Alemania, algunos decidieron regresar a sus países natales, desilusionados al no conseguir integrarse en la sociedad o cansados de los contratos precarios o los salarios bajos, la otra cara de la moneda del bajo desempleo alemán.

Es el caso de Javier Alarcón, que decidió volver a España tras pasar cuatro años con su mujer y sus hijos en Wolfsburgo (norte), donde trabajaba como jefe de proyecto en la industria automotora. La experiencia fue positiva, pero la organización de la vida cotidiana era demasiado complicada, explicó a la radio pública alemana. "Estábamos solos mientras nuestras familias estaban en España. Con dos bebés, simplemente la cosa se volvió muy complicada", contó.

Hay "un enorme deseo" de volver a España entre los que abandonaron el país en busca de empleo, asegura Sebastián Sanz, cofundador en 2016 de "Volvemos", una plataforma que ayuda a los emigrantes a reinsertarse en el mercado laboral español.

Según él, algunos están cada vez mas "desilusionados" después de pasar unas temporadas en Alemania como, por ejemplo, las enfermeras, que dicen ser más valoradas en España que en Alemania.

A medida que la economía española comenzaba lentamente a levantar cabeza, la cantidad de españoles que dejaron Alemania aumentó de 2.800 en 2012 a 4.300 en 2015, según las cifras de Destatis.

Incluso Alberto y José Ramón, que encontraron lo que buscaban, tienen dudas sobre el futuro.

"De momento, no lo sé. Claro que me gustaría continuar por lo menos dos, tres años en Alemania pero después... La vida cambia mucho", dice José Ramón, cuyo contrato de formación termina en febrero, pero que sigue a la espera de un puesto a jornada completa.

Alberto "no piensa quedarse en Alemania" y se muestra optimista con el futuro de España. "Estoy seguro de que va a mejorar", confía.

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