Xhani, la muñeca "anti Barbie"

Xhani, la muñeca "anti Barbie"
Fecha de publicación: 
5 Agosto 2017
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Cerca del corazón de Xhani hay un botón que se puede oprimir y de pronto pronuncia su nombre y diversas frases comunes como "Hola,cómo estás?" en lengua otomí, que se habla en una amplia franja de la región centro-sur de México.
   
La muñeca de tipo artesanal nació en Querétaro y no es de plástico, a diferencia de Barbie, sino de estambre negro, a semejanza de otras similares que suelen fabricar los indígenas y vender a los turistas.
   
Peinada con trenzas decoradas con listones coloridos, sus ojos son negros, su nariz y labios, rojos y viste una blusa colorida con motivos que evocan la flora y la fauna de las comunidades rurales, con cuello de encaje blanco y falda larga y tenis de "foami".

Xhani cada vez se vuelve más popular pues ha sido llevada no sólo a diversas zonas de México sino también al extranjero. La voz de la muñeca no es de una niña sino de una mujer adulta, porque en las comunidades indígenas mexicanas las madres y abuelas hacen el papel de maestras para ensañar a sus hijos su lengua y sus costumbres ancestrales.

El proyecto nació en 2015 con la misión de evitar que el otomí muera, pues como todas las lenguas indígenas, está en riesgo de desaparecer debido a que los niños y jóvenes se expresan cada vez más en español y llegan inclusive a sentir vergüenza de hablar en su lengua porque los pone en riesgo de ser discriminados.

Un grupo de emprendedores sociales crearon una empresa llamada "Yosoyoho" para producir esta muñeca peculiar a fin de defender el idioma otomí, uno de los más hablados del país, pues el 4,5% de los mexicanos se expresan en esa lengua. Dos de los fundadores del proyecto, Román Sauza y Laura Arciga, convivieron con comunidades otomíes por más de dos años en 2011, cuando hicieron sus prácticas de campo como becarios tras terminar sus estudios de maestría en Antropología y Sociología, en el estado de Querétaro, cercano a la capital.

Los jóvenes se empaparon de su cultura, conocieron su cocina tradicional y conocieron a chamanes que practicaban la medicina a base de yerbas, pero sobre todo se dieron cuenta de que su lengua estaba en vías de perderse.

El juguete popular mexicano apunta a a rescatar esta lengua indígena pero su elaboración no fue sencilla y Román y Laura buscaron a amigos con experiencia profesional en las comunidades indígenas y artesanos para poder crearla Una artesana llamada Angélica Ruíz, originaria de la localidad de Amealco de Bonfil, les ayudó a darle una forma definitiva, y a diseñar sus vestidos, que suelen ser coloridos y alegres como los de las indígena, con telas como popelina, algodón, estambre, listón, velcro y encaje.

Después idearon la forma de insertarle un dispositivo para reproducir frases en otomó y en español que nombraban colores, animales o anécdotas sobre la comunidad. La siguiente fase organizar talleres para la elaboración de las muñecas, que son también una forma en que pueden ayudarse a subsistir. El costo de Xhani depende de su tamaño pero la más grande vale 530 pesos (uno 30 dólares) y las ganancias se reparten entre los artesanos, los socios de Yosoyoho y los encargados de hacer los circuitos para reproducir la voz. Después de que los artesanos terminan las muñecas el equipo de Yosoyoho les coloca los dispositivos en el pecho y se borda en las faldas una frase relacionada a la comunidad.

La empresa vendió 500 muñecas hasta ahora en México y comienza a exportarlas a Sudamérica y Estados Unidos, además de que está expandiendo sus proyectos.

Por ejemplo, a finales de 2016 planearon la creación de otra muñeca basada en la pintora Frida Kahlo, la famosa feminista de mediados del siglo XX, un mural sobre Xhani y un cortometraje que aún está en grabación.

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