Santa Clara, una ciudad de historia, cultura y juventud

Santa Clara es una ciudad de historia, de cultura, de juventud, pero sobre todo es uno de esos lugares que no crees que existe hasta tanto lo visitas y no solo por su hermosísima arquitectura de estilo colonial en las más antiguas edificaciones, ni por la alegría que se respira en sus calles, es sencillamente por la calidad humana de sus habitantes y por su hospitalidad.

Es un lugar donde es común ver como un joven sede el asiento a una mujer de pie en un ómnibus de los que circulan por la urbe citadina,  donde al saludar con un “buenos días” alguien te contesta con una sonrisa sincera, desenfadada y donde se vive la vida con un poco más de calma.

Y no es que no existan personas mal educadas, descorteses o hasta incluso irrespetuosas, pero tuve la dicha de no conocer alguna con estas características, al contrario corrí con la suerte de ser acogido por la familia de un amigo con quien disfruté estás fugases vacaciones. Sin dudas se han convertido en una de las mejores de mi vida, en este lugar donde los males de la sociedad moderna parecen haber hecho menor mella.

La imagen del Guerrillero Heroico llega desde cualquier rincón al transitar por sus inmaculadas avenidas engrandecida por la impronta de este argentino de talla universal,  protagonista del descarrilamiento del tren blindado en diciembre de 1958 una de las acciones decisivas para el triunfo revolucionario del Primero de Enero de 1959.

La visita al Complejo Escultórico Comandante Ernesto Che Guevara - lugar donde permanecen sus restos mortales y el de sus compañeros de lucha- se hace prácticamente obligatorio. Allí se levanta majestuosa una estatua tan alta como sus principios y tan firme como su carácter, desafiando al sol, la lluvia, a los más feroces vientos.

Impresionante aún resulta ver la fila tanto de nacionales como foráneos que esperan para poder entrar a una especie de bóveda de piedras, donde se encuentran los nichos del Che y los miembros de la Guerrilla boliviana.

 
Santa Clara te hace vibrar. Cargada de lugares preciosos y rica en diversidad cultural, se llena de vida cada noche.

Al llegar el anochecer es común que -acompañando a las marquesinas de neón que promocionan los negocios de la nueva gestión laboral no estatal que se alzan con tanta fuerza por estos días- llegue la melodía de un buen son o hasta incluso la música de los Boney o la viejísima canción de “Para bailar la Bamba” en la voz de una muchacha, de la cual no conozco ni su nombre pero a quien sin dudas le agradezco el haber disfrutado de un rato agradable.

Entre sus principales atracciones nocturnas se encuentra un Café “El Chaplin”, concurridísimo lugar donde abundan los buenos tratos y atenciones por parte de sus trabajadores y que además se presta para compartir con amigos, con la pareja o hasta incluso solo.

Resultan llamativo el boulevard de la ciudad, con su constante ir y venir de pobladores y visitantes que se acercan en busca de tiendas, panaderías y demás establecimientos, o el malecón como le llaman a una escalinata que se encuentra frente al parque Leoncio Vidal, escenario principal de la urbe y que según refieren quienes viven por allá se ha poblado de manera extraordinaria luego que se colocase en este el servicio de conexión a internet a través de la Wifi. 

Santa Clara es también un bastión científico-educacional, pues cuenta con la Universidad Central Marta Abreu, fundada el 30 de noviembre de 1952. Esta institución tiene 12 facultades, en las cuales se estudian más de 40 carreras que abarcan las ciencias humanísticas, las técnicas y las naturales, y diversos programas doctorales y académicos de Maestría. Además en esta zona geográfica central se sitúa una Facultad de Ciencias Médicas que constituye una cantera para el ejército de batas blancas.

Y es que sencillamente la antigua Villa de la Gloriosa Santa Clara ha decidido no ser pasada por alto, pues cuando se habla de esperanza de vida para nuestros ciudadanos también tiene mucho que decir, en especial el cardiocentro Ernesto Guevara equipado con tecnología de punta, sitio en el que se atiende a una población de aproximadamente 2,9 millones de habitantes pertenecientes a la región central de Cuba, conformada por los centros diagnósticos de las provincias, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey.

Este centro hospitalario –que brinda atención especializada quirúrgica a las enfermedades cardiovasculares congénitas no complejas, valvulares, coronarias y de la aorta torácica, y otras afecciones donde se incluyen los tumores intra y extracardíacos -,  ostenta resultados al nivel de cualquier país del primer mundo, con una baja mortalidad  en cuanto a este tipo de afecciones.

Podría escribirse de esta hermosa ciudad muchas cosas, tantas, que correría el riesgo de cansar a quienes han dispuesto de este tiempo para leer el artículo, mejor les dejo la invitación, pues, como dijo nuestro José Martí “No se sabe bien sino lo que se descubre”, y sinceramente visitarla vale la pena.