Ángel Fournier: Cómo ser de plata en Lucerna, su ciudad favorita

Había expectativa creada por la dupla de voleibol de playa en Gstaad, en la propia suiza, pero en definitiva sucumbieron nuevamente 0-2 ante los rusos Liamiv-Krasilnikov y la felicidad por partida doble no se pudo concretar.

Lo cierto es que el guantanamero que cumplirá 30 años el próximo 31 de diciembre alcanzó su segundo subtítulo de la temporada, pues antes en Poznan, Polonia, había conseguido similar resultado con crono de 6:38.670 minutos.

Tanto en aguas polacas, como en Lucerna, su bestia negra fue el neozelandés Robert Manson, quien en este último examen cruzó la línea de meta en 6:49.080. Manson (11 de octubre de 1989, con 1.89 metros y 87 kg) es digno sucesor de otro fenómeno de su nación como Mahe Drysdale, registró en la misma Poznan el mejor tiempo del orbe (6:30.740) lo que da fe de su poderío. En Lucerna,  se apoderó de la primera posición al cruzar por el parcial de los mil metros y nunca más la abandono, en tanto Fournier,  inició tercero en los primeros 500 metros y luego se adueñó del segundo escaño.

El guantanamero que inició su cruzada en esta disciplina a los 12 años en Caimanera, ha dado muestras crecientes de progresión y estabilidad desde el 2009, año que acarició su primer podio en los circuitos más exigentes. Aún así, le ha sido esquivo el podio olímpico, por lo que Tokio 2020 deberá ser su oportunidad definitiva, pese a ser esta un deporte longevo.
De cualquier manera, sus rendimientos en este primer año de ciclo y antes del Mundial de Sarasota, Estados Unidos (24 de septiembre-1ro de octubre), hacen presagiar un cuatrienio de consagración, toda vez que ha adquirido maestría deportiva y ha pulido los pequeños errores técnicos que lo asediaban, consistentes en la transición de la partida al largo, y la dosificación de sus energías para llegar óptimo a los 500 metros finales y especialmente al remate de los 250 últimos.

Con una docena de podios en Copas del Mundo y par de preseas en Campeonatos del orbe, Fournier es serio contendiente a las medallas en aguas estadounidenses.

Pasaje en ergómetro inolvidable

La Agganis Arena de la Universidad de Boston acogió la edición 21 de los Mundiales de Ergómetro en el año 2015 y allí el guantanamero Fournier dejó su impronta, al debutar con cetro. Dichos certámenes, consisten en cubrir en seco, sobre el aparato electrónico que simula la acción de remar, los dos kilómetros de segmento con que cuenta una regata. También se disputan la milla (1 481 metros), los 2 500, y las pruebas sprint a 100 y 500 metros.

Por cierto, si el ocho con timonel se antoja la vedette del remo en los Campus de Estados Unidos, en el CRASH-B justamente es el single peso abierto la principal atracción.

Baste decir que Fournier tensó sus músculos, 1.98 metros de estatura y 100 kilogramos de peso para imponerse con crono de 5:45.90 minutos ante el concurso de otros 166 remeros.

Persiste la interrogante: ¿Qué es un ergómetro exactamente? Es una máquina para realizar una simulación de la acción de remar, con el propósito de ejercitarse y medir ciertos parámetros durante periodos de entrenamiento de los exponentes de dicha disciplina. El remo indoor ha llegado a establecerse como especialidad aparte y sus regatas mundiales se celebran especialmente en Estados Unidos desde 1995, especialmente en Boston, y en Birmingham, Inglaterra, nación donde surgió y se establecieron las reglas de la especialidad.

Los ergómetros disponen de una pantalla digital capaces de registrar diversas mediciones como pueden ser: tiempo (cuenta regresiva o normal, en intervalos de tiempo), distancia (intervalos de tiempo, distancia decreciendo o aumentando), una medición del tiempo o los metros que se realizarán si se continúa como en ese momento, la cadencia de paletadas por minuto, la potencia desarrollada en vatios, el trabajo realizado en calorías, el ritmo cardíaco, etc...

Una corona de la que siempre el remero antillano hablará, incluso a sus hijos y nietos, pues así mismo lo ha manifestado en varias conversaciones sostenidas.

Paletada a la historia

Utilizado como medio de transporte desde la Antigüedad, en Egipto, Grecia e Italia, el remo solo empezó a aparecer como deporte a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, en Inglaterra. La primera disputa oficial fue la famosa regata entre las Universidades de Oxford y Cambridge, que se realiza desde 1828 hasta hoy en el río Támesis.

Poco a poco, el deporte se popularizó en Europa y creció en otros continentes. En 1892, se creó la Federación Internacional de Sociedades de Remo (FISA en francés), y el año siguiente se organizó la primera regata, en Italia.

El deporte está presente en los Juegos Olímpicos desde la primera edición de la era Moderna, en 1896, sin embargo, en Atenas tuvieron que ser canceladas las competiciones en aguas abiertas debido al mal tiempo. Así, el estreno oficial del Remo en el programa olímpico se dio en la edición de París, en 1900, solo para hombres. Las mujeres empezaron a competir en Montreal Canadá, 1976.

Hay barcos para uno, dos, cuatro u ocho remeros, que pueden utilizar uno o dos remos. Las embarcaciones con ocho remeros también cuentan con un timonel, responsable por conducir el barco y comandar la tripulación. El objetivo del Remo es sencillo: completar un recorrido en una línea recta, llamada carril, en el tiempo más corto posible. Independientemente de la categoría o del tipo de barco, la distancia es siempre la misma, 2 000 metros.

En nuestro país siempre el single peso abierto, la modalidad de Fournier, ha sido la de mayor pedigrí. Desde las décadas de los ochenta y 90 del pasado siglo, Ismael Carbonell y Mayra González se encargaron de insertarnos en la élite de América y coquetear con la del orbe.