Javier Dueñas, arte para reflexionar (Galería de su obra)

Javier Dueñas, arte para reflexionar (Galería de su obra)
Fecha de publicación: 
18 Mayo 2012
0

 

Llenar treinta metros con arte podría resumir tal vez el reto que le planteó la 11na Bienal de La Habana al creador Javier Dueñas, quien comparte por estos días la fiesta de la plástica cubana con una de las exposiciones colaterales que se exhiben en la sede de La Cabaña. Sin embargo, ya frente a las obras, queda claro que el reto fue mucho más complejo que mi apresurado resumen.

 

Título: Sin importar el tiempo.

 

Los títulos resultan sugerentes, los estampados al fondo complementan la idea central de la obra, no la reiteran, la terminan,  el dibujo, la certeza en la línea y el aire caricaturesco regresan como un sello, pero en lugar de continuar ensayando síntesis invito al lector a un diálogo con el autor de la muestra “Ilumíname, no me deslumbres”.

 

¿Nos cuentas la génesis de este proyecto?


Este proyecto realmente ya estaba comenzado de alguna manera, hace como dos años yo hice en sábanas, en dimensiones bastante grandes, una Virgen, que se expuso durante el Diago, el salón más importante de Matanzas, al que asistí como invitado, y desde aquel entonces ya tenía bastante amarrado todo el proyecto, por así decirlo, pero no encontraba el espacio o el deseo incluso y entonces ahora me apareció el pie forzado de la colateral en la Bienal y ahí está…

 

¿Cuál es el hilo que hilvana todas las piezas?


Fíjate si estaba bastante bien amarrado que el título es el mismo de la Virgen de la Caridad del Cobre: Ilumíname, no me deslumbres, por ahí viene toda la temática de la exposición, cada obra va a tener su título independiente, pero están bajo esa condicionante. Ese título es el hilo conductor, todos son elementos que deben iluminar, pero no deslumbrar, por ejemplo, en el caso de la maja desnuda es una mujer, ustedes son preciosas, son bellas, pero deben iluminar no deben cegar y así cada uno de los íconos que uso.

 

Título: Ilumíname no me deslumbres

 

Yo estoy aprovechando que son íconos conocidos, está la maja desnuda, está la Torre Eiffel, un carro x moderno, Martí, la Virgen de la Caridad del Cobre, el principito también, hay íconos más universales y otros más locales, pero bueno, creo que es válido… también es la máxima de Martí de que podemos o debemos ser locales para poder voltearnos a ser universales, por eso usé también símbolos más nuestros, por ejemplo, el tocororo…

 

¿Te interesa comunicarte, intercambiar mensajes con el espectador?


Sí, por ejemplo, se sucede un carro moderno, con esta cosa de los biocombustibles, de a dónde vamos, qué queremos, porque el mundo va a millón y dice que van acabando las fuentes de combustibles, es una de las cosas que estoy cuestionando, cuando me pedían una pequeña explicación de lo que quería yo decía que es una vez más tratando de conseguir algo un poco utópico, porque todos pretendemos hacer reflexionar con la propuesta de nosotros y entonces, a veces no lo logramos, por eso creo que es utópico, queremos mucho decir y bueno, puede que lleguemos a un público, pero no a todo el mundo…

 

Título: Sabor Apocalptico

 

En el caso de la pieza del Principito el estampado son caras nada felices, más bien disgustadas de vivir en un planeta como el nuestro con tantos problemas por resolver y la solución es una metáfora que es ese Principito arrastrado por aves, a veces es en el estampado donde más yo vuelco mi creatividad porque lo otro es copiar íconos que igual, dónde le pongo mi mano, a la hora de dibujar, el trazo mío que es muy característico.

 

Cada elemento que está puesto tiene una justificación, va en función de que se lleve algún tipo de lectura el espectador, el automóvil, por ejemplo, no está ni de frente ni de lado, está visto de atrás para adelante, como que puede existir un retroceso, a partir del hambre y la miseria que resultaría de convertir los alimentos en combustibles, o sea, no hay nada gratis, siempre mi obra ha consistido en que todo te conduce a donde yo pretendo, aunque no sea exactamente mi misma lectura, pero por lo menos que este cerca de ella o que le des un vuelo poético, un vuelo mucho más intelectual del que yo mismo soy capaz de darle, esa es una de las cosas lindas que tienen las artes plásticas, cada cual ve según su propia experiencia…

 

¿Consideras importante entonces que el arte sea de algún modo una mirada crítica a la realidad donde surge?


Desde muy joven, sobre todo a la altura de la tesis de grado de la ENA, tuvimos un profesor, además un artista, Tomás Eson Rey, fue mi tutor recién graduado y nos exigió bastante. La escuela de nosotros aquí en Matanzas, tenía muy buena academia, muy buenos creadores, pero a la hora de teorizar sobre nuestra propia obra nos era muy difícil, carecíamos de profesores con esa forma de enseñanza. Creábamos muchísimo, junto a Pinar del Río éramos de las dos escuelas más destacadas, pero adolecíamos de eso, entonces cuando este profesor habanero nos toca en la tesis nos pone de condicionante que hasta que no le diéramos una justificación con lujo de detalles o bastante aproximada no nos daba la luz verde, no nos daba materiales, no nos entregaba nada hasta que no lo convenciéramos de lo que queríamos y aquello fue durísimo, pero hubo que ponerse a pensar en base a eso y ya desde aquellos primeros momentos surge esa inquietud de decir algo, porque además me imagino que vaya mucho con mi personalidad, yo creo que si vivimos en un momento determinado, en circunstancias tan especiales, tan diferentes, yo no puedo pintar abstracto, ni puedo pintar cosas decorativas ni rosas, yo pienso de esa manera y entonces siempre me adjudiqué, yo mismo me propuse ser una especie de cronista de mi tiempo, o sea, no me perdono pintar otras cosas ajenas a los conflictos que vivimos nosotros los cubanos, por ahí andan mis principios, mis objetivos en la obra, siempre he sido un perseguidor constante de eso y realmente no me ha ido mal, creo que logro transmitir, en ocasiones se me acercan personas que creo que captan el mensaje y lo que he hecho es afianzarme mucho más, todo lo que hago va por esa línea…

 

¿Te consideras un dibujante?


Sí. Quizás en un momento determinado yo no lo había interiorizado tanto, pero amigos y críticos me hicieron concientizarlo, aún cuando hay obras en que utilizo colores estridentes siempre están subyugados por la línea, entonces sí, lo acepto, lo asimilo, pero además me siento muy bien dibujando, para nada me preocupa, como mismo en otras etapas asimilé términos peyorativos que le daban a mi obra como “demasiado ilustrativa” y todo eso lo asimilé y he ilustrado más de treinta títulos con la Editorial Gente Nueva, soy alguien que cuando conozco mis defectos o mis habilidades los aprovecho y no reniego de ellos, o sea, si soy buen dibujante pues para adelante con el dibujo…

 

Hay mucho de la caricatura en tu obra ¿Por qué?


Un poco es eso también, conocerse uno mismo, yo hago un esfuerzo cuando tengo que hacer un retrato académico, pero tengo que hacer un esfuerzo, sin embargo, me brota mucho más fácil el comics, mi tesis de grado tuvo que ver precisamente con los dibujos animados, establecí relaciones, por ejemplo, usé el ratoncito Mickey y el gato Leopoldo que era ruso, o sea, me apropié, hice citas de todos ellos para poder decir el mensaje mío y desde aquella temprana edad, desde el año 1988, ya me atrapó este mundo. Igual hay quien cuando no ve una academia tan fuerte, demerita un poco el trabajo porque está cerca de la caricatura, yo no tengo prejuicios con eso, para mí lo importante es transmitir lo que quiero, decir cosas, no importa de qué manera, esa es la forma más viable que vi y me siento comodísimo con eso.

 

¿No has pensado en crear tus propias historietas?


Yo envidio, sanamente, claro, a quien tiene la facilidad para eso, el problema es que el guión es complejo, pero creo que si hubiera dominado mejor la historieta, estaría trabajando tanto, tanto, porque me gustaría una exposición que sea eso, cuadros gigantescos… pero realmente no tengo esa habilidad, hay intentos en mi obra años atrás, sin texto ninguno, todos los personajes en una misma obra y di todo un recorrido, todo un mensaje, yo decía en aquella época que eran historietas pintadas, pero bueno, no me atrevo a llamarle historieta como tal…

 

¿Qué lugar tiene la ilustración de libros dentro de tu obra?


Me enfrasco en un libro a ilustrarlo de la misma manera en que me entrego a una obra. Creo que es el ser humano quien ha estereotipado todo y dice qué es bueno, qué es menos, qué es arte mayor y qué es arte menor, pero yo creo que todo el mundo no tiene la habilidad para poder subyugarse a un texto y que, además, salga con cierta libertad el dibujo, porque ahí es donde radica de verdad la buena ilustración, que depende de un texto, de una narración, pero cómo tú logras coquetear con ese texto y que tu ilustración salga ilesa, sea libre de transmitir otros mensajes, es complicadito, no es tan sencillo, yo le tengo tanto respeto como enfrentarme a una obra de arte.

 

¿Te interesa la experimentación?


Comprendo perfectamente todo este tipo de maneras, de soportes nuevos  de realizar el arte, lo entiendo perfectamente porque si se va a la luna, si se han descubierto los microchip… la plástica no se puede quedar en el mismo lugar. Ahora, yo me puedo desdoblar y en un momento dado que me inviten jóvenes a exponer una obra, puedo hacer un esfuerzo y demostrar que sí, pero de alguna manera prefiero quedarme con el formato este tradicional en el que me formé, o sea, le dejo eso a los jóvenes, aunque puedo asumir el reto en algún momento, de hecho lo primero es que lo entiendo, comprendo que el arte tiene que continuar, no se puede quedar estático, porque en una sociedad el arte siempre es de los elementos que están en constante renovación, por ejemplo, cuando veíamos en el cine naves espaciales, no pensábamos que eso iba a suceder y sin embargo están llegando todas, así que el arte predice, por lo tanto no se puede quedar estático, pero yo prefiero más bien innovar dentro de mi propia técnica.

 

¿Te gusta exponer, confrontar tu obra?


Sí, de hecho participo en los salones cada vez que se me invita porque sí me gusta exponer y sí me gusta confrontar, y me suceden cosas… siempre tengo temor al ver mi obra insertada en todas las demás, porque al verla ahí casi siempre me demanda que debí haber trabajado más, por ejemplo, he estado últimamente trabajando mucho con un proyecto que se llama Nueva gente, es un grupo de ilustradores, colaboradores de la Editorial Gente Nueva, que estamos tratando de darle a la ilustración la valía que creemos que tiene y entonces acabamos de hacer, por ejemplo, una exposición en el Memorial José Martí, son 77 Martí, si mal no recuerdo, con la visión totalmente contemporánea de cada uno, yo fui uno de los primeros en entregar y después que vi tanta gente joven que hizo cosas tan osadas, como Martí pelotero, Martí samurái, dije: podía haber hecho más, y es buena esa confrontación, porque es lo que te hace progresar.

 

Título: Desandando contigo el universo

 

Lo más usual es que los artistas busquen acercarse a la capital, por aquello del fatalismo geográfico, sin embargo Javier, no creo que por falta de oportunidades, permanece en Perico ¿Por qué?


Soy bien apegado, puede ser un lastre, pero siempre me ha costado trabajo alejarme de mi familia, no sé, la única vez que salí de este país fue por 21 días nada más y el gorrión me agarró súper rápido… En mi obra, muchos de los elementos que trabajo tienen que ver con la ruralidad. A veces me he molestado por cosas y he querido irme, veo que el artista que puede tener mi mismo nivel en provincia y en La Habana logra con más facilidad ciertas cosas y es donde quizás he dicho tengo que irme, pero realmente el entorno me es rico, me gusta ser de un pueblo…

 

¿Hasta qué punto te define el hecho de ser un artista cubano?


Como ya dije soy bastante arraigado a mi terruño, me gusta mi terruño que es algo bien sencillo, bien humilde y cuando oigo cosas de cómo somos los cubanos en el mundo me acojo más a eso, hemos visto artistas que han logrado viajar y hacer estancia en otros países cómo retornan, cómo vuelven… muchos que no se van y se inflan de banalidad, pues me gusta ser cubano, cuando veo a un verdadero cubano, con las características que tenemos: hombres, amigos, leales…

 

Incluso, yo que siempre he estado cuestionando situaciones mías concretas, me molesto mucho cuando veo a alguien que desde otra posición o desde fuera del país trata de cuestionarlas, yo cuestiono la realidad desde mis vivencias pero no me gusta que lo hagan desde fuera, esa también es una manifestación de que me gusta ser cubano.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.