Por quien nos dio sangre, saberes y amor

Por quien nos dio sangre, saberes y amor
Fecha de publicación: 
14 Mayo 2017
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¿Qué le debo a Caridad Fonseca Oliva?. Primero la vida, aunque sin el esperma de mi padre no existiría. De él hablaré en algún momento. Y después el carácter. Mima fue una mujer arriesgada, independiente y luchadora. Una hija de maravilla con sus viejos, buena hermana, vecina, amiga… E impositiva por momentos, tuvimos broncas colosales (nos parecíamos) hasta que se fue convirtiendo en una ancianita. Entonces dependía de mi hasta para tomarse una pastilla porque era yo y no otra persona la que sabía (según ella) lo que debía tomar cada día y hora.

Tal y como ella me hizo a mi cuando nací, la bañaba, la limpiaba y llenaba su cuarto de perfume. También de vez en vez la regañé porque una geriatra me dijo que mi madre ya era mi hija. Los roles habían cambiado. Tuve fuerzas para que muriera con su cabeza recostada en mi pecho y sonrió en los últimos minutos de su vida.

A veces creo escuchar su andador o su voz llamándome para cualquier cosa, en esos instantes la creo cercana.

Pero tengo otra madre Irma Armas Fonseca, mi hermana, nací cuando ella tenía 12 años y tengo el recuerdo lejano de cuando me daba la comida, inventando un avión con la cuchara. Mimi, como le decía, me enseñó a leer y escribir en una escuelita que tenía. Me daba cualquier cantidad de sopapos porque yo no era una santita.

Por su acuciosa enseñanza empecé en segundo grado y me pasaron a cuarto, al fin entre en la secundaria con 11 años. Mis maestros me alababan, mi hermana siempre exigió más. Trabajó dedicada a la Revolución en cuerpo y alma, sin pedir nada a cambio, fue el mejor ejemplo que tuve a mi alrededor.

Mientras Mima no quería que usara minifalda, mi hermana la compraba cada vez más corta, o me regalaba un reloj, todo siempre avalado por el resultado de las notas.

Así , mientras una me dio la vida, la otra me llenó la existencia para que caminara por la vida con un saco lleno de cosas útiles, desde alguna cultura hasta el interés para la justicia. A esta segunda madre la perdí el 13 de de agosto del 2013, tenía que ser en una fecha vinculada a Fidel.

Escribo estas líneas porque tú que me lees si tienes a tu madre viva, da igual que te haya parido o modelado, dile en este día de las madres que la quieres, llévale una flor o hazle el dulce que más le gusta. Sé que en el último minuto de su existencia sonreirán por los mimos y el amor que les diste.

Y si no la tienes llora, siempre es bueno hacerlo porque tu vida es hoy lo que es gracias a alguien que te dio sangre, saberes y sobre todo amor.

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