Panamericano de Lucha: Interpretar tackles tras Salvador de Bahía

Panamericano de Lucha: Interpretar tackles tras Salvador de Bahía
Fecha de publicación: 
9 Mayo 2017
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El Panamericano de Lucha de Salvador de Bahía es historia reciente. Aún los colchones de la arena de Lauro de Freitas están humeantes, luego de que Cuba reinara en el estilo grecorromano con cuatro coronas, imitada por Estados Unidos en la libre masculina y Canadá entre las féminas, solo que estos dos países se adueñaron de cinco vellocinos cada una.

Sin cuestionamiento alguno y con el cinco como número de la suerte para las tres naciones dominantes, que dicho sea de paso se erigen como las tres potencias fundamentales del deporte de las llaves y desbalances a este lado del Atlántico, esta edición de la justa continental tuvo matices diferentes.

Pese a ser el primer año del ciclo olímpico, y salvo contadas excepciones de las potencias, el resto de los contendientes continentales inscribió a sus primeras figuras. ¿La causa?

El sistema de ranking regente que dicta que solo puntearán aquellas lides fundamentales, entiéndase Torneos continentales, Mundiales y Juegos Olímpicos, nuevo sistema que igualmente estipula siembra para los cuatro primeros exponentes de cada categoría de peso.

O sea, que hablamos del atleta puntualmente y no la división para tales ubicaciones como cabeza de llave. Ejemplo sencillo: si Yasmany Lugo regentea los 98 kilogramos clásicos en América durante todo el ciclo, obtiene medallas en certámenes del orbe y luego antes de la cita bajo los cinco aros de Tokio, se lesiona, Cuba perderá su siembra si se ve obligada a inscribir a una segunda figura.

Entrando en calor, en ese concierto nuestra legión de gladiadores supo mantener el pedigrí, pues en la libre los discípulos de Julio Mendieta se agenciaron tres oros, una plata y tres bronces, en tanto Jaqueline Estornell (63 kg), nuestra única representante femenina, igualmente escaló al podio de premiaciones en la tercera posición.

Casi seguro todos nuestros representantes aparecerán mejor ubicados, cuando se actualice el escalafón hacia inicios de junio.

Poder clásico incuestionable

Seis hombres estaban nominados de inicio para pugnar por preservar la hegemonía continental en América, de ellos en definitiva pugnaron cinco, pues el as del orbe y olímpico Ismael Borrero no se mostró en definitiva. De cualquier manera complace el hecho de que Miguel Martínez (66 kg), Yurisandi Hernández (75), Yasmany Lugo (98), y Oscar Pino (130) se erigieron monarcas, en tanto Daniel Gregorich (85) se ciñó plata.

Todos transitaron por la senda del triunfo con pinceladas interesantes: el indómito Martínez, airoso en tres actos, halló la redención y se sacó una espina de nacionalidad venezolana y nombre Wuilexis Rivas, al obligarlo a morder el polvo en  la definición en cruenta batalla que culminó 7-5; Yurisandi estuvo aún más exigido. Marcó 22 puntos y permitió una decena en cuatro pleitos, sudando in  extremis para imponerse al colombiano Carlos Valor 4-3 en semifinales.

Nuestros reyes de las divisiones más pesadas navegaron por aguas más tranquilas: Lugo fue superior 7-3 al morocho Luillys Pérez, y antes había blanqueado en semis 5-0 al estadounidense Tracy Hancock. Pino abrió 4-0 sobre el también norteño Robert Smith y por el oro debía enfrentar al antillano nacionalizado chileno Yasmany Acosta, pero este no se presentó por lesión.

Esta radiografía constata que en la greco la Mayor de las Antillas continúa regenteando, aún sin haber presentado a sus dos ases de mayor envergadura: Borrero y el gigante de ébano Mijaín López.

Nueva hornada de libristas deja impronta

Renovación hasta cierto punto puede decirse fue lo que presentó el timonel Julio Mendieta. No hablamos específicamente de hombres inexpertos. Se trata de figuras que estuvieron al acecho de otros estelares y que siendo esta su oportunidad, demostraron la madera de nuestra escuela de gladiadores.

Bajo esa filosofía se titularon Dabián Quintana en los 61kg, quien siguió los pasos de su hermano mayor Yandro, as de los 60 kg bajo los cinco aros en Atenas 2004. Dabián tuvo su escollo más considerable en semifinales, instancia en la que a sangre y fuego dispuso 13-10 del norteño Logan Stieber.

Le imitaron Franklin Marén (65) y Yurieski Torreblanca (86). Con el gen de los tackles e sus venas, el sobrino del otrora espectacular Juan Luis Marén dispuso por superioridad técnica del estadounidense Kellen Russell, dejó en el camino al canadiense Dillon Williams 6-3 en semifinales, y no se exigió ante el curtido boricua Franklin Gómez por el título pues este último se lesionó en su pleito semifinalista. Torreblanca emergió airoso en cuatro actos, incluido el decisivo 12-6 sobre el rocoso venezolano Pedro Ceballos.

El botín de los libristas se completó con la plata de Yudenny Alpajón en los 125, víctima in extremis del estadounidense Dominique Bradley 2-3, además de los bronces de Reinieris Andreu (57), Luis Esteban Quintana (74) y Andrés Ramos (97).

Semejante foja da fe de que en el estilo libre, consagrados y segundos ases bajo la manga, tienen suficiente arsenal técnico y táctico para imponerse.

Féminas, aún distantes

En cualquier disciplina, tiempo significa desarrollo, rendimientos. Definitivamente a nuestra selección femenina de lucha, el hecho de haber iniciado su práctica tardíamente, en el año 2006, les ha pasado factura en el tiempo. De hecho, pese a haber tomado las riendas de la armada el avezado entrenador Filiberto Delgado, aún nuestras muchachas distan del primer nivel de América. Por eso, entre otras razones, solo acudió Yaqueline Stornell (63)  quien no pudo hacerse total justicia y con idéntico balance de un triunfo y un desliz se adjudicó bronce.

De cualquier manera este primer examen de ciclo sirvió para evaluar por donde marcha la élite continental, que en naciones como Canadá y Estados Unidos, igualmente se sitúan entre la meca del planeta. Trabajar es palabra de orden. El 2018 les pondrá un examen de rigor a nivel regional en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena. Allí se verán las caras con sus homólogas del área, países que desde ya tienen individualidades perfiladas como rivales de cuidado.

Torneo Panamericano de lucha en Salvador de Bahía. Interpretación en el primer año de ciclo tras tackles y desbalances propinados y recibidos. En lo adelante el panorama puede variar, o recrudecerse casi seguro las rivalidades en cada categoría y estilo…

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