Hay mucho aún por conocer de Fidel Castro: Katiuska Blanco

Evidentemente estremecida aún, tras esos momentos en el cementerio de Santa Ifigenia, donde descansan las cenizas del líder de la Revolución, la autora de Todo el tiempo de los cedros hilvanó impresiones del trabajo a su lado y los sentimientos encontrados por sentirlo vivo y, al mismo tiempo, asumir su ausencia.

Comparó esa desolación al evocar, cuando la recordación del centenario de la caída en combate de José Martí, en mayo de 1995, Fidel confesó a los periodistas que en esos instantes pensaba en cuán difícil habría sido para los compañeros de lucha del Apóstol su pérdida física.

En aquella ocasión, recuerda Blanco, él afirmó que Martí era como un árbol que crecía y en el tiempo de su deceso se sabía muy poco de quién era en toda su dimensión. Ella establece ahora un paralelo porque aunque él vivió 90 años y lo escuchamos y leímos prolijamente, falta mucho aún por conocerlo.

Por esa razón instó a buscar más en ese caudal inmenso que es su vida entera para hallarle nuevos significados de los cuales aprender y aludió también a que en esa jornada solemne él exaltó la cantidad de documentos y obras del adalid que debían estar a la espera de ser descubiertos y estudiados.

"En un día como hoy pienso mucho en esas palabras", dijo la escritora al suponer el amplio universo de ideas de Fidel Castro recogido en periódicos y otras publicaciones de América Latina y de otros países, porque él era noticias adonde llegaba.

"También pienso en que él consideró que aquel 19 de mayo no era un día de tristezas porque se trataba más bien de un nacimiento, de la siembra de una semilla" acotó.

Aunque para ella sería un honor ser la biógrafa del Comandante en Jefe, confiesa su resistencia a esa denominación en exclusiva porque entiende que son muchos y de notable altura intelectual los autores que aportan al conocimiento de la vida y la obra de Fidel Castro.

Entre ellos mencionó a los historiadores Heberto Norman y Mario Mencía, el primero en los asuntos referidos a los preparativos en México de la expedición del yate Granma; y el segundo en los concernientes al asalto al cuartel Moncada en julio de 1953.

Igualmente se refirió a los periodistas Marta Rojas, también vinculada a esa audaz acción en la segunda fortaleza militar, y Luis Báez, con quien se puede viajar con Fidel en sus recorridos por el mundo. Sobre los nexos con los escritores y otras personas de la cultura resaltó la obra de la ensayista Ana Cairo.

Apunta que le envió antes de su cumpleaños, el pasado 13 de agosto, la última parte de su más reciente trabajo y espera que en algún momento pueda ver la luz. Indicó que aunque puede escribir sobre muchos temas, este es para ella un compromiso de vida.