Parrandas, cubanas y tradicionales

Coloridos trabajos de plaza, música, grandes carrozas y profusos fuegos artificiales son denominador común en las 18 localidades donde se desarrollan las Parrandas, declaradas en 2013 Patrimonio Cultural de la Nación.

El origen de las festividades se remonta a diciembre de 1820  en la villa de San Juan de Los Remedios, cuando el párroco  de la ermita de San Salvador armó de matracas, pitos y latas a muchachos callejeros,  con el objetivo de despertar a sus feligreses para la misa del gallo, en horario nocturno.

La idea del religioso tuvo sus defensores, quienes con el decursar de los años convirtieron el gran bullicio inicial en una  bella fiesta, que se transformó en el tiempo y resulta hoy de mucho atractivo para nativos y foráneos.

Barrios contendientes y pasión por la defensa de cada uno de ellos, caracterizan también los jolgorios que se desarrollan en zonas urbanas de las actuales provincias de Villa Clara, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila.

Caibairén, Zuluetas, Vueltas, Guayos, Camajuaní y Chambas son algunas de las localidades donde los pobladores materializan los singulares espectáculos, plenos de identidad propia y derroche de creatividad, los cuales disfrutan con sentido de pertenencia.

La Parranda, una de las tres fiestas populares más importantes del país junto al Carnaval de Santiago de Cuba y las Charangas de Bejucal, cuenta con un museo  nacional ubicado en Remedios, octava villa creada por los colonizadores en la Isla y cuna de las reconocidas festividades.