Sheree Fitch: La poesía resuena como música en sus oídos

Sheree Fitch: La poesía resuena como música en sus oídos
Fecha de publicación: 
21 Marzo 2017
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Sin embargo, llegado el momento, apenas bastaron unos minutos para darnos cuenta de que aquella sería una conversación amena, larga y sin barreras.

 

Modesta, sencilla, son algunas de las características que enmascaran a una personalidad inquieta y de un talento incuestionable, capaz de asumir el activismo social, educar a sus escolares y publicar un importante número de libros concebidos para cualquier edad.

«Disfruto escribir para los niños, aunque esa literatura no era considerada de importancia en mi país; resultaba casi de segunda, como si los pequeños no necesitaran de libros que alimenten su espíritu», me dijo la escritora.

«Ellos son seres vulnerables, adoran el sonido de las palabras en el aire; por eso en ocasiones escojo la poesía como vía de comunicación, porque la percibo como música en mis oídos, y muchas veces la expreso a partir de la tierra de la imaginación, en un país que resulta la infancia».

«Contar historias es importante, incursioné en la ficción, el periodismo, pero cuando comprendí que a través de la literatura infantil educaba también a ese sector poblacional, tan necesitado de estar representado en nuestro espectro cultural, comencé a contar sus problemas de manera muy seria».

Casi con enfado hace referencia a la posición de algunos escritores que, en sus inicios, prefieren escribir para niños porque consideran esa literatura más fácil; «hay —dijo— que respetar a los pequeños y preservar los estándares de excelencia requeridos».

Fitch ha escrito más de 30 títulos para adultos, adolescentes, pero es más conocida por los poemas infantiles. «Publiqué el primero en 1987; 30 años después aquellos niños crecieron, me piden que escriba para sus hijos y, por tanto, hoy trabajo para una segunda generación de ellos».

Durante la pauta para dejar espacio a la traducción, escudriña mis ojos como si buscara complicidad o aprobación; entonces aborda otro tema relevante: la discriminación de la mujer en medio de una sociedad patriarcal.

«No pude abstraerme de abordar en mis materiales algunos temas sociales que me tocan muy de cerca, como la violencia doméstica, el desempleo, la situación de la familia, la necesidad de luchar hasta conseguir que las personas logren aceptar las diferencias de género y convivir civilizadamente con ellas».

La escritora siente preocupación también por la maternidad, la salud mental y la historia de su región, y dedica buena parte de su labor al activismo en defensa de la alfabetización social y al desarrollo de la literatura canadiense.

«Cada uno de mis personajes está compuesto por un pedazo mío, aunque, es bueno decirlo, ninguno se parece a mí».

Acerca de sus viajes a Cuba, explicó que en las dos oportunidades anteriores vino a vacacionar; en esta ocasión lo hizo en función de trabajo del Seminario de Estudios Canadienses, auspiciado por la Universidad de La Habana y la embajada del norteño país.

«Una estudiante conocedora de mi obra y la pasión hacia los niños me habló del importante trabajo que Martí realizó para los pequeños y quedé maravillada. Mientras me adentro en sus relatos y cuentos, descubro en él un mundo impresionante. Parto de la Isla con un amor platónico nuevo que, de seguro, me hará retornar».

Sheree Fitch nació en Ottawa, Ontario, y es considerada una innovadora en las artes literarias. Ha representado a Canadá en prestigiosos eventos culturales de carácter internacional, y obtenido importantes premios a lo largo de su trayectoria.

En la actualidad, reveló, tiene casi concluido un proyecto que empezó hace 30 años: la antología de poetas del Atlántico canadiense, con temas que abarcan desde el siglo XIX hasta la fecha.

También está entusiasmada con relatos al estilo de Había una vez, y otro proyecto relacionado con niños adolescentes que cuestionan a los adultos qué hay en el cielo.

Casi al terminar, después de más de dos horas de intercambio, la escritora retoma a Martí y pregunta: «¿Dónde podré encontrar La Edad de Oro y el Ismaelillo? Casi no soporto estar alejada de un hombre que amó tanto a los niños; él ha despertado mi afán por conocer a Cuba de otra manera, más allá de sus playas y bellezas naturales».

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