Mujer: mucho más que cinco letras

Mujer: mucho más que cinco letras
Fecha de publicación: 
8 Marzo 2017
0
Imagen principal: 

 

Ser mujer, me dijo una amiga, es como formar parte de todas aquellas que tienen pluriempleo. No hay horarios y el pago (como no sea la sonrisa de un hijo u otro allegado bien querido) sabe a poco. No hay una sola jornada completamente de asueto, porque también nos ha sido dado el don de empujar a los demás para que acometan lo mejor de sus vidas.

 

A nadie extrañe que una mujer se acueste tarde, me dijo con otras palabras mi abuela. Y lo decía con el conocimiento impreso en su piel, pues a los doce años se convirtió en la dueña absoluta de todas las tareas en su casa. Además tenía bajo su responsabilidad el cuidado de los hermanos más pequeños. Y lo hacía gustosa, con tremendo sentido de pertenencia acaso con poca o ninguna certeza respecto a terminologías o conceptos.

 

Ninguna fémina que conozca hace las cosas para acumular currículo. De tontos sería pensar en un escalafón entre las que integramos el mal llamado sexo débil. Vas creciendo mientras lo eres en esta misma vida que es ensayo y puesta en escena. Todo incluido pero sin posibilidades de repetir las “peores tomas”. Los años van redondeando a la mujer completa si bien no perfecta. También en este caso perfección resulta sinónimo de soso, aburrido y falto de condimento.

 

Una vez al mes y por una semana mamá Natura prueba nuestra fortaleza. Por aproximadamente 40 o 50 años, a ver hasta cuanto aguantas ahora que no estás al 100%, a ver si las hormonas te quiebran o te hacen más tierna.

 

Cuando nace una mujer, me contó un ginecólogo poeta, debiera ser en todas las casas un motivo para hacer fiesta. La absoluta síntesis del sacrificio viene impregnada, sacrificio todo el tiempo sin pensar en motivos personales o ambiciones viejas. Su capacidad creadora igualmente convoca al jolgorio, su don de florecer puebla la tierra.

 

Tener una mujer cerca, ha dicho mi amado, es garantía hasta para despertar sin miedos y si con ellos, tranquilo el mundo. Los espanta todos con ese don de valiente que heredan para combatir las fobias ajenas temiendo a ranas o a cocuyos disfrazados de cucarachas.

 

Ser mujer, digo yo, es la mejor de todas las sorpresas. Ser mujer es un pacto eterno, una servidumbre grata porque es a sabiendas y lo habrán notado, es muchísimo más que cinco letras.

 

Entre todas las cosas no quiero ser estrella ni mariposa, prefiero ser mujer porque mi madre lo es y todas mis antepasadas primero que ella. Prefiero ser mujer porque también tengo luz como los astros y como el insecto alas para emprender mi vuelo. No importa hacia donde, importa conocer siempre el camino de regreso a donde vuelven los que parten, a seguir siendo, por mujer, el indisoluble fragmento de aquellos a los que llamamos “nuestros”.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.