Caso Repsol-Argentina: La verdadera cara “ofendida”

La montaña de ataques y amenazas que los gobernantes de España lanzan contra Argentina sirve para conocerles más allá de las sonrisas y expresiones diplomáticas que ofrecen a la prensa.

¿Por qué tanta algarabía?  Debido a que Buenos Aires tuvo la audacia, atenido al Derecho Internacional, de salvar y poner al servicio de su pueblo un recurso natural de la nación.

Este jueves un alto funcionario de Madrid, Jesús García, expresó la  decepción con Argentina luego que su Senado ratificara la expropiación del 51 por ciento de las acciones de Repsol en la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).

García, secretario de Estado, agregó que “es muy malo para Argentina seguir por ese camino”, debido a que –según él- “tendrá problemas con todo el mundo”.

Como para reforzar esas palabras se manifestaron el canciller español, José Manuel García-Margallo, y el vicepresidente de la Unión Europea, Antonio Tajani.

El primero envió un pernicioso mensaje al MERCOSUR donde les dijo que sería injusto que Brasil, Uruguay y Paraguay, socios de Buenos Aires, “paguen los platos rotos”, en caso de que la Unión Europea quite las preferencias arancelarias al bloque, como represalia a lo sucedido a la Repsol en Argentina.

Tajani, formuló sus apreciaciones en el periódico ultraderechista español ABC, al que llegó a vaticinar una posible “huida de capitales” de Argentina debido al caso de la Repsol allí.

Un total de 63 senadores votó a favor del proyecto de la mandataria Cristina Fernández, tres en contra y hubo cuatro abstenciones.

 No solo legisladores afines a la presidenta, agrupados en  el Frente para la Victoria, le acompañaron en ese escrutinio, también seguidores   de Unión Cívica Radical, que encabeza el ex presidente Raúl Alfonsin, del Frente Amplio Progresista e integrantes de otros bloques.

El diario argentino Página 12 recordó este domingo que “la mayoría del capital de Repsol” no es nacional, pues lo integran inversiones extranjeras (17 por ciento norteamericanas) y el resto, menos de la mitad, compuesto por dos grupos económicos españoles, y lo demás en manos de inversores menores de esa misma nacionalidad.

Fue en nombre de esos últimos, subraya Página 12, que Madrid patentizó su fogoso rechazo a la decisión tomada en Buenos Aires a favor de recuperar un bien no renovable de interés nacional.

Junto a ello, la Repsol despliega una cruzada propagandística acompañada de datos tergiversados para brindar una imagen positiva de su gestión en el país suramericano.

Le ha contestado el ministro de Economía de esa nación, Hernán Lorenzino, quien dijo que su actividad  en la YPF le reportaba un 15 por ciento de sus ganancias, pero solo invertía en exploración el O,2, cifras enmascaradas por Repsol.

Dos doctores en economía que imparten clases en Universidades de España, Alfredo Serrano y Sergio Martín, escribieron en el diario Página 12 que ante la confrontación de Argentina y la Repsol la respuesta de la prensa española fue “casi unánime”.

El punto de coincidencia fue tildar a la decisión de Buenos Aires como un ataque directo a los intereses españoles, opinión repetida por los partidos Popular y Socialista Obrero Español.

Serrano y Martin añadieron que “el tánden PP-PSOE, cada vez más conocido por la unidad de sus políticas y denominado por los indignados como régimen, también han coincidido en este momento en apelar a la necesidad de defender los intereses españoles”.

 Curiosa la impresionante similitud de criterios entre casi todos los periódicos del país ibérico, así como entre dos de sus principales partidos, formalmente adversarios.

¿Dónde está la pluralidad de opiniones respecto a un asunto tan demostradamente polémico? ¿Dónde la sacrosanta libertad de expresión? ¿Acaso pueden demostrar con datos concretos que la Repsol es una empresa netamente española?

Pocas veces se han visto tan al desnudo los mecanismos que detrás del telón, o a plena luz, conducen los asuntos básicos de cierto tipo de sociedades.