IV Clásico Mundial: Cartas sobre la mesa y... Cuba y el concierto (I)

Clásico Mundial de Béisbol o Baseball World Classic. Un concierto único desde su surgimiento en el año 2006. Todos los pesos pesados de la pelota universal en busca de la gloria. La más cercana a la verdad, pues al Clásico le atribuyen un areté supremo, ese que aportan jugadores de la MLB a cada uno de los elencos contendientes.

Cuba, desde su irrupción en la edición pionera, ha concurrido con los hombres que decidieron defender su casaca desde nuestra Isla, fraguados al calor de las Series Nacionales.

Así, pese a la nostalgia de muchos, y a los ingentes esfuerzos de otros por lograr una selección antillana unificada, cuestión que aún no se vislumbra, seguiremos representados por peloteros 100% nacionales, a excepción del toletero Alfredo Despaigne, quien desde hace tres temporadas se desarolla en la Liga Profesional Japonesa.

Con tales credenciales, en ese primer certamen culminamos en calidad de subcampeones, luego de fracasar 6-10 en la final ante Japón; luego recalamos en el sexto escaño en la versión del 2009; y el último recuerdo del 2013 nos deparó esa misma ubicación con Holanda en calidad de bestia negra de nuestra novena en la segunda ronda, pues nos derrotó en par de oportunidades (6-2 y dramático 7-6). Pese a ello, el balance global (4 éxitos y dos fracasos), fue positivo. Y muchos iniciaron entonces la ruta esperanzados, luego de vernos doblegar a Japón en preliminares 6-3.

Ahora, tras una imagen agradable en la Serie del Caribe y con la composición definitiva de nuestra escuadra, nuestra armada tiene pretensiones de cara a la cuarta edición del torneo, de al menos avanzar a la segunda ronda. Así lo ha hecho manifiesto el mentor Carlos Martí.

Para materializarlo, cuenta con un elenco que conjuga talento novel con la experiencia de hombres como Frederich Cepeda, el propio Despaigne, Frank Camilo Morejón y Vladimir García. Freddy Asiel Álvarez, otro experimentado, fue sustituido por lesión, y en su lugar asistirá Jonder Martínez.

Siguiendo la cuerda de las aspiraciones, la tropa antillana, nuevamente insertada en un grupo con elencos asiáticos, debutará el martes 7 de marzo ante los anfitriones nipones nuevamente en el Tokyo Dome, doble monarcas de la competición. Ese partido, muchos lo califican de no muy trascendental, pues los gurúes en todas las esquinas consideran que estratégicamente se deben dirigir todos los esfuerzos a los enfrentamientos con Australia y China. Precisamente con menos de 24 horas de descanso, los nuestros chocarán con los del Gigante Asiático, en teoría la novena más débil del grupo B.

Dirigidos por el ex manager de la Gran Carpa, Jon Mc Laren, los chinos cuentan con el otrora lanzador big leaguer zurdo, Bruce Chen, como líder de su rotación. Por si fuera poco, Chen, vistiendo la franela de Panamá, nos lanzó en la edición del 2006. Del resto de su plantilla, en una nación donde la pelota puede considerarse una disciplina naciente, muy pocos jugadores son conocidos o descuellan por su rendimiento extrafronteras.

La fecha del 9 de marzo deparará el choque que la gran mayoría considera de vida o muerte. Australia es un plantel que posee a varios hombres con experiencia en las Mayores, especialmente en su roster de pitcheo. De ellos sobresalen los aún activos Liam Hendriks y Warwick Saupold, además de otros más veteranos como los zurdos Travis Blackley y Ryan Rowland-Smith, el jardinero Trent Oeltjen, el relevista Peter Moylan y el abridor Chris Oxspring.

Eso sin contar que los aussies se nos han tornado un rival escabroso desde principios de este siglo. Baste recordar batallas en Juegos Olímpicos, y las extintas Copas Intercontinentales y Copas del Mundo.

¿Si me preguntaran qué tiene este equipo Cuba más allá de algunas inclusiones cuestionables como las de Víctor Víctor Mesa, y Dachel Duquesne, por solo mencionar dos? Diría que balance, tomando en cuenta el material de que se dispone. Conjuga sluggers, bateadores de tacto y hombres rápidos en el corrido de las bases, y un jugador inspiración, de sangre fría a la hora de seleccionar lanzamientos y considerado el mejor madero en ristre de nuestro país en eventos internacionales: Frederich Cepeda. Si bien es cierto que se recuperó de una lesión, los años pesan y no atraviesa por un momento de esplendor supremo, también lo es el hecho de que para una situación determinada de partido en tensión extrema, no se puede descartar echarle mano en rol de emergente.

Desde la colina de los suspiros hay lanzadores que se han ganado su puesto con sólidas demostraciones. Lázaro Blanco, Vladimir Baños, Miguel Lahera, Noelvis Entenza, son algunos nombres, y tanto ellos como el resto de los serpentineros del staff, deberán desterrar la presión que por sí solo impone el Clásico, ajustar sus comandos e intentar caminar, sea cual sea la función que vayan a desempeñar.

¿El por qué de Cepeda en el roster respaldado en números?

Compila de 69-31 en tres ediciones de Clásico Mundial para promedio superior a 400; además de haber impulsado 23 carreras (de 26-10 y 10 remolques en 2006); de 24-12, CI-10 en el 2009) y de 19-9, CI-5 en el 2013). Eso lo dice todo señores.