Poroshenko: Chocolate envenenado

Poroshenko: Chocolate envenenado
Fecha de publicación: 
16 Febrero 2017
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Mientras escribimos estas líneas, tanques y artillería del gobierno de Kiev atacan nuevamente a la República de Donetsk, una de las dos repúblicas separatistas, con gran destrucción y elevado saldo de víctimas civiles, todas ellas rusoparlantes, como parte de la política del presidente Petr Poroshenko de demostrar la solidez de su petición de entrar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

En ese contexto, Poroshenko está seguro de obtener la aprobación en un referendo que convocará para la entrada a la OTAN, aunque este no será vinculante; envía más tropas a las cercanías de la frontera con Rusia y organiza ataques al estilo guerrillero contra Crimea, territorio cuyo pueblo decidió en plebiscito separarse de Ucrania y regresar a la Federación Rusa.

Como muchos conocen, este es el motivo esgrimido para haber establecido sanciones económicas contra Moscú, ejercido por países de la Unión Europea, cumpliendo el dictamen de Estados Unidos.

Poroshenko, bimillonario, acaparador del chocolate nacional, con intereses energéticos y judío, aunque esconde esta condición, ha tenido todo el apoyo occidental en su provocadora política contra Rusia y específicamente su homólogo, Vladimir Putin.

Con una política y medios informativos que exaltan el chovinismo, le dijo al diario alemán Berliner Morgenpost, que lo importante en este aspecto (el referendo) “es lo que quiera la población ucraniana”, y aseguró: “Hace cuatro años sólo el 16% de los ucranianos quería que el país perteneciera a la OTAN. Actualmente ese porcentaje se ha elevado al 56%”.

Describió a la OTAN como una alianza “indispensable” y “la organización más eficaz de la seguridad colectiva”, lo cual hace recordar que a finales del 2014, el Parlamento ucraniano aprobó dos leyes para renunciar al estatus de nación no alineada y retomar el rumbo del ingreso en la Alianza Atlántica.

No obstante, el ente militar no parece muy interesada en fortalecer sus lazos con Ucrania, sino más bien dejarlos en el estado en que se encuentran actualmente, como un peón que puede utilizar contra Rusia y mantener la tensión permanente allí, respaldada ahora con el establecimiento de misiles en otros territorios fronterizos, donde se encuentran fuerzas especializadas norteamericanas, recibidas calurosamente por el gobierno de Polonia.

La OTAN explicó al efecto que por ahora ve difícil la entrada en la Alianza, porque para ello se “requiere la ausencia de conflictos, la falta de disputas territoriales con los vecinos y la conformidad de las fuerzas armadas con los estándares de la OTAN; Ucrania no tiene nada de ello”.

La hipocresía de quienes dirigen la agresiva alianza se demuestra cuando dicen que su sistema antimisil es puramente defensivo, o sea, “se defienden” a pocos kilómetros de las fronteras con Rusia.

En este contexto, Putin acusó al gobierno ucraniano de estar utilizando tácticas terroristas para intentar provocar un nuevo conflicto y desestabilizar Crimea.

Y es que el multimillonario mandatario solo busca hacer ver que su política es prooccidental, tanto para el pueblo ucraniano, como para los extranjeros.

Ucrania ha rechazado las acusaciones de Rusia y ha dicho que son un pretexto para aumentar las amenazas militares en su contra, pero las que ataca son las tropas de Kiev. Tras la acusación de Putin, Poroshenko ha dicho este jueves que quiere hablar directamente con el mandatario ruso y con varios líderes occidentales por el aumento de las tensiones entre Kiev y Moscú.

Para la propaganda internacional, Poroshenko se considera “amenazado” y quiere conversar con Alemania y Francia, al igual que con Rusia, para “estabilizar” la situación, pero sigue incumpliendo el acuerdo de paz que con esas naciones se estableció en Minsk.

Por lo pronto, aún sin conocerse la política exacta del nuevo mandatario norteamericano, Donald Trump,  magnates estadounidenses retomaron su campaña bélica contra Rusia en Europa, subrayando la figura del promotor de conflictos George Soros.

Este aplaude la política de la Unión Europea de plegarse a Estados Unidos y aceptar que está siendo "atacada" por Rusia. "Apoyar a Ucrania debería considerarse una medida de defensa por los países europeos. EE.UU. y los europeos están decididos a evitar una guerra, pero a menos que se equilibren las sanciones con el apoyo a Ucrania, podrían tener una", concluyó, con gran aceptación de Poroshenko, el bimillonario del chocolate envenenado.

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