SERIE DEL CARIBE: Cuando se cae con las botas puestas

Así regresarán los Alazanes de Granma, tras quedar eliminados en las semifinales de la Serie del Caribe de béisbol.

Era bien complicado derrotar a México dos veces seguidas ante su propio público, pero los cubanos salieron decididos a hacerlo, y en el primer episodio pudieron haber salido delante en el marcador, si hubieran corrido mejor las bases. Nadie imaginaba que esa sería prácticamente la única oportunidad real que tendrían los campeones de Cuba de avanzar a la final.

De ahí en adelante, fueron maniatados completamente por los lanzadores mexicanos, que colocaron siempre la bola donde quisieron y dominaron a su antojo a la tanda caribeña. Ya se sabe que sin bateo no se puede ganar, pero en la lomita el inmenso Lázaro Blanco invitaba a la batalla con otra gran actuación, a pesar de que el árbitro no «cantaba» igual sus envíos que los de los rivales.

Un boleto y un error abrieron las puertas del plato a las Águilas de Mexicali, carrera empujada por el hombre que tenía solamente un imparable en todo el torneo… veleidades del béisbol.

Pero ya lo habíamos dicho antes, lo primordial ha sido la imagen dejada por los Alazanes, única escuadra antillana que se va de una Serie del Caribe con balance positivo (3-2) desde el regreso en 2014, pues cuando Pinar se coronó, cerró con 3-3.

Y hablando de imagen, me quedo con una: la del juego ante Venezuela, cuando perdían 0-3 y la cámara tomó el banco cubano. Había bromas y sonrisas, se estaba disfrutando el juego, a pesar del marcador.

Eso no significa que cuando esos peloteros salgan a consumir su turno al bate, salgan desconcentrados. Se puede disfrutar el juego y a la vez tomar conciencia del objetivo de cada cual en cada turno al bate. Tal nivel de relajación no lo veía en un equipo cubano (de cualquier tipo) jugando fuera de Cuba desde la época de los Linares y Kindelán.

Espero que el espíritu se mantenga en estos peloteros, que conforman la base del plantel que nos representará en el próximo Clásico Mundial.