Víctor Mesa: trabajando en Cuba
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Cantando, bailando, los gerundios para hacer en Cuba se han puesto de moda y, mientras la televisión promueve con justicia la música y el arte nuestros, me parece también justo hablar de gente que, contra todos los pronósticos, continúa trabajando en Cuba.
Podría ser una serie que incluya personas y personajes de todos los ámbitos de la sociedad cubana: médicos, maestros, deportistas; hombres y mujeres de cualquier oficio o profesión; entre ellos, un nombre que despierta todo tipo de pasiones: Víctor Mesa.
Justo después de perder la posibilidad de discutir el título en el campeonato de béisbol, un hombre sereno «y dispuesto a hablar con calma, sinceridad y sin justificación», según mi colega Joel García, llegó a la rueda de prensa y afirmó: «No voy a decir que no dirijo más porque estoy al servicio del béisbol cubano».
Fue Víctor Mesa, el mismo que hace aproximadamente un año declaró en Miami: «jamás me iría de mi país». Así, categórico, fue ante los periodistas del sur de la Florida, sin deslumbramientos ni coqueteos, con la misma energía de discutir jugadas ahora y robar bases antes. Víctor Mesa debe ser controvertido y polémico también para los que en Miami esperaban otra respuesta.
En una entrevista le pedí que me dijera lo primero que le viene a la mente cuando piensa en Cuba y me respondió: «Contento de haber nacido en Cuba. Te puedo decir más, que voy para afuera y no quiero ir y a lo mejor la gente dice: ah, sí, porque lo tiene todo. No, yo tengo lo normal, no lo tengo todo, a mí me faltan una pila de cosas por tener, pero me gusta Cuba. Amo a Cuba. Aquí me siento feliz, tranquilo. Este es el país más seguro del mundo; hemos ganado muchas cosas, pero esa es muy importante; yo no digo que no haya un robo, un muerto, pero somos el país más seguro del mundo».
Durante los días difíciles de la pérdida física de Fidel Castro, expresó en una entrevista para la Televisión Cubana: «Yo me siento bendecido por Cuba, la familia, la esposa; me siento bendecido por haber conocido a Fidel; me siento bendecido por conocer a Raúl; me siento bendecido por defender a Cuba en los eventos internacionales en que he participado, y la sigo defendiendo y soy de un solo bando; no podemos estar en dos bandos, aquí y allá; soy del bando de Cuba y este es el momento de decirlo, de abrirte al mundo para que se sepa; no podemos estar que si yo no, que si yo sí.
«Víctor Mesa sí cree en Fidel, cree en la Revolución y estoy en Cuba. He tenido la oportunidad de ir a Miami, pero si por decir esto no puedo ir más, más nunca voy, me muero en Cuba, porque en definitiva, no puedo traicionar a lo que he vivido, a lo que he soñado, a lo que estoy viviendo y viviré».
Hace poco sinteticé mi opinión en Facebook, en un comentario a los amigos que no podían evitar su alegría por «cierto juego de pelota». Me preguntaba cómo un villaclareño puede estar feliz cuando toda Villa Clara pierde, primero el equipo provincial, y luego uno de los deportistas que más gloria le dio a ese territorio y se las sigue dando a Matanzas y a este país. Mientras otros no se sabe por los aires que volaron, Víctor Mesa colecciona detractores trabajando en Cuba.
Quizás debí sustituir el gentilicio de Villa Clara y referirme a todos los cubanos que echan fe y raíces en esta tierra.
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