Ecuador: Revolución a prueba

Ecuador: Revolución a prueba
Fecha de publicación: 
15 Enero 2017
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Ecuador será en febrero próximo escenario de elecciones presidenciales en las que no estará presente el mandatario Rafael Correa, todo un azote del neoliberalismo y artífice principal de la Revolución Ciudadana.

Por la parte oficial, el actual vicepresidente Lenin Moreno, tendrá a su cargo la tarea de sustituir a Correa, con encuestas a su favor al respecto, aunque la oposición de derecha apunta que irá unida en una eventual segunda vuelta.

En Ecuador el voto es obligatorio, por lo que se espera una alta asistencia a las urnas, aunque los medios masivos de comunicación, generalmente a favor de los poderosos, se ha lanzado en una campaña para denigrar la labor de diez años de revolución, cuyos resultados son visibles y muy favorables a la mayoría de la población, pese a continuados desastres telúricos destructivos y agobiantes.

Rafael Correa cumplió diez años de su primera elección como presidente de Ecuador el 26 de noviembre del 2006, que inició el 15 de enero del 2007 y que puso en marcha la Revolución Ciudadana, un modelo de gobierno con el que se puso fin a la inestabilidad política de ese país, así como a las medidas neoliberales y a la injerencia extranjera.

De ahí la importancia de que se cuiden los resultados electorales, tal como se hizo recientemente en Nicaragua, con la reelección de Daniel Ortega, y así “bajarle los humos” a una reacción que, de una forma u otra, se apoderó de la mayoría de la Asamblea Nacional venezolana, llegó a la presidencia argentina y destituyó con un “golpe blando” a Dilma Rousseff en Brasil.

En este contexto es necesario recordar como en Ecuador, se dio paso al “salvataje” bancario a principios de marzo de 1999, la quiebra del sistema financiero y, finalmente, la peor crisis económica de la historia nacional con la pérdida de la moneda nacional en el 2000.

La inestabilidad política de los gobiernos de derecha provocó la salida de tres presidentes en apenas diez años, destituidos en medio de revueltas populares por la grave situación: Abdalá Bucaram, el 5 de febrero de 1997; Jamil Mahuad, el 21 de enero del 2000, y Lucio Gutiérrez, el 20 de abril del 2005.

Ante ese escenario, Rafael Correa, economista, catedrático universitario y líder del naciente Movimiento Alianza País, se presentó como candidato presidencial para las elecciones. El 26 de noviembre del 2006 venció en segunda ronda con 56,67% de los votos al empresario Álvaro Noboa, quien abogaba por la libre empresa, no intervención estatal y la sumisión a los Estados Unidos con la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC).

Por su parte, Correa propugnaba por un papel más decisivo del Estado, no al TLC con EE.UU., generación de empleo a través de obras públicas, incremento del monto de subsidios a los más necesitados, facilitar el crédito para producción y vivienda con tasas preferenciales y a largo plazo.

En esta situación el mandatario anunció la Revolución Ciudadana, que, a su entender se trataba del “cambio radical, profundo y rápido de las estructuras injustas del país”.

Ese cambio de las estructuras comenzó con el llamado a Asamblea Constituyente (ANC), mediante el decreto 002 firmado una vez asumió la presidencia de la República, iniciativa que obtuvo el 81,5% de respaldo el 15 de abril del 2007.

En las elecciones de asambleístas constituyentes, el movimiento Alianza PAIS de Correa alcanzó 80 de las 130 curules en disputa. Así, la ANC, que contaba con plenos poderes, permitió a los asambleístas definir la constitución y emitir mandatos con fuerza de ley al disolverse el Congreso Nacional. Representó un escenario ideal para desplegar el proyecto radical de cambio y redefinir las correlaciones de fuerzas políticas.

A finales de julio del 2008 el Tribunal Supremo Electoral ratificó el llamado a referendo, que se realizó el 28 de septiembre, donde el Sí obtuvo el 63,93% frente al No con 28,10%. Tras refundar el texto, se convocó a elecciones generales para el 26 de abril del 2009, en las que Correa se impuso en la primera vuelta con el 51,99%. A partir de ese año, la Revolución Ciudadana ha tenido otros triunfos electorales: una consulta popular y las elecciones generales del 2013, en las que consiguió la reelección con el 57,17% de los votos.

Luego de “la larga y oscura noche neoliberal”, en palabras del presidente Correa, Ecuador ha experimentado la mayor estabilidad política, económica y social en su historia, con el menor desempleo en Suramérica, con 4,3% y un notable avance en la educación. Enumerar los demás logros sería en extremo extenso, pero apuntaremos dos situaciones:
La disminución de la pobreza y el enfrentamiento a la transnacional Chevron.

En el 2007, el porcentaje de personas pobres por ingreso era de 36,7%, cifra que ha descendido hasta llegar al 23,3% en el 2015, lo que indica que más de un millón de ecuatorianos superaron la pobreza; en el caso de la pobreza extrema, Ecuador registra un descenso de ocho puntos porcentuales desde el 2007, ubicándose, en el 2015 en 8,5%.
Ecuador –primer país del mundo en reconocer, en su Constitución, los inalienables derechos de la naturaleza, convirtiendo a esta en sujeto de derecho–, se enfrenta a una multinacional petrolera, la Chevron Corporation, que es la segunda más importante de Estados Unidos y la sexta del mundo, denunciada por múltiples casos de contaminación medioambiental en diversos lugares del planeta.

Así como se enfrenta a la Chevron, lo hace con Estados Unidos, derrotando todos sus intentos para derrocarlo.
De ahí la importancia de los comicios de febrero y de que sus resultados sean claros, lo cual debe favorecer al candidato que afirma proseguirá la Revolución Ciudadana.

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