El drama de los manteros de Buenos Aires

El drama de los manteros de Buenos Aires
Fecha de publicación: 
11 Enero 2017
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La jornada de ayer, cuyos cortes de calles se extendieron por casi 11 horas, fue caótica y tensa. Las cámaras televisivas registraron un capítulo realmente lamentable cuando los puesteros, molestos por el desalojo, respondieron con una gran manifestación que comenzó poco a poco a tomar fuerza.

La zona conocida como Once, sobre la avenida Pueyrredón, entre Rivadavia y Corrientes, en el barrio de Balvanera, era un caos total desde la media mañana tras la decisión de las autoridades porteñas de desalojar en la madrugada a cerca de dos mil 500 vendedores.

La protesta se calentó y los manteros, en un intento por defender sus trabajos, respondieron quemando gomas, contenedores y arrojando piedras. La respuesta fue represión con gas lacrimógen, balas de goma y cañonazos de agua. El saldo, varios heridos y tres detenidos.

Más allá de esta situación, que se ha repetido con historias similares en otros rincones de la ciudad, lo cierto es que el drama que viven los manteros es muy complejo y la reacción de ayer tiene un antecedente.

'En los últimos cuatro años fueron desalojados cinco mil manteros en Avellaneda, Caballito y otros puntos de Buenos Aires. Ninguno de esos compañeros fue relocalizado como les prometió el Gobierno porteño. Las personas que venden en la calle son trabajadores y lo hacen porque no tienen otro medio de vida', explicó a la agencia Télam Omar Guaraz, de la organización Vendedores Libres.

'Queremos un lugar, queremos un marco regulatorio, queremos trabajar, que respuesta le llevamos a casa a nuestras familias, de qué vamos a comer, de qué vamos a vivir', afirmaba uno de los tantos vendedores, que por momentos se convirtió en el líder de esas voces que cada día salen a vender su mercancía en las aceras de las calles de Once.

Otros se quejaban y aseguraron que pagan sus 'impuestos' como otros comerciantes legales con un abono diario de '400 pesos (unos 25 dólares) a la brigada policial'.

Una de las vendedoras desalojadas, quien se dedica a esto desde hace 20 años, declaró que no era una ladrona, soy una madre que mantengo a mi familia, de la noche a la mañana nos dejan sin trabajo, dijo.

Varias horas transcurrieron y los manteros permanecían en pie de lucha en la populosa Plaza Miserere mientras la policía metropolitana realizó una especie de cordón con sus escudos.

Pasada un poco la tensión, un grupo de ellos se dirigió a la Defensoría del Pueblo en busca de respuesta del Gobierno pero finalmente no concretaron ningún acuerdo.

'No hubo ninguna propuesta, ellos (las autoridades) se comprometieron a acercarnos una y luego la discutiremos en una asamblea que realizaremos', declaró a la prensa uno de los vendedores.

Según el fiscal general de Buenos Aires, Luis Cevasco, los manteros 'nunca tuvieron autorización' para vender sus productos a la vera de las calles que, dijo, 'están hechas para circular, no para comerciar'.

La propuesta hasta ahora para los manteros de Once es registrarse en un censo para vender sus productos en un predio con el que no están de acuerdo.

Habrá que esperar hoy a ver a que entendimiento llegan con las autoridades porteñas para encontrar una solución.

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