2016: Cuba en el epicentro de la integración regional

2016: Cuba en el epicentro de la integración regional
Fecha de publicación: 
31 Diciembre 2016
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La VII Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), celebrada en junio último, fue una de las citas que sirvió para concretar acciones en tal sentido.

 

Dicho encuentro demostró la revitalización que experimenta ese mecanismo de consulta, concertación y cooperación, fundado en Cartagena de Indias, Colombia, en 1994.

 

Además, reveló que constituye un instrumento extraordinario para promover la integración regional y el fomento de las relaciones culturales, comerciales y de negocios entre los países.

 

Luego de profundos análisis, los líderes de la subregión adoptaron de manera unánime la Declaración de La Habana, la cual contiene estrategias medulares para la proyección de un turismo sustentable y líneas de cooperación en la lucha contra el cambio climático.

 

También incluye posibles soluciones para la insuficiente interconexión marítima, la aérea y la comercial entre los países del área.

 

En el Plan de acción primó el consenso sobre la proclamación de América Latina como zona de paz y libre de armas nucleares, así como el apoyo a Cuba en el tema del necesario levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos.

 

Asimismo unificó el criterio positivo sobre la normalización de las relaciones entre el país norteamericano y el Estado caribeño, siempre bajo el principio del respeto a la autodeterminación y la soberanía cubanas.

 

Como muestra del principio integracionista, se analizó la inclusión de Kazajstán, Bolivia y Uruguay como países observadores; San Martín pasó a ser Estado asociado y como organización observadora la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos.

 

Igualmente, al ser nombrada como nueva secretaria general, June Soomer se convirtió en la primera mujer en dirigir la Asociación de Estados del Caribe. La diplomática de Santa Lucía sustituyó en el cargo al colombiano Alfonso Múnera, quien lo ocupó desde abril del 2012.

 

Ciertamente, la VII Cumbre de la AEC devino espacio para profundizar los vínculos geográficos e históricos de las naciones de la región.

 

Además, corroboró la capacidad para dialogar y concertar posiciones sobre los problemas y desafíos comunes que enfrentan los países de esta región.

 

MARTÍ Y FIDEL, GUÍA Y CONTINUIDAD POR LA INTEGRACIÓN

 

Con el nuevo año que se avecina, también se espera un incremento de los desafíos para los mecanismos de integración de América Latina y el Caribe, tras un 2016 caracterizado por la arremetida del neoliberalismo.

 

Ante esa agresiva oleada contra las fuerzas progresistas, numerosas personalidades destacaron en diferentes momentos del año la pertinencia de mantener vigente el pensamiento del Héroe Nacional, José Martí, y las ideas del Comandante en Jefe Fidel Castro.

 

Fiel a la filosofía martiana, el líder histórico de la Revolución, fallecido el 25 de noviembre, defendió la unidad como la alternativa de los pueblos frente a la globalización y la política expansionista de EE. UU.

 

Esa estrategia es la única viable para lograr sociedades más justas, como resaltó la secretaria general de la AEC en una conferencia magistral en la Universidad de La Habana, a inicios del mes de diciembre.

 

La diplomática de Santa Lucía habló en el Aula Magna sobre el papel de Fidel Castro y los vínculos entre las naciones caribeñas, como parte de las celebraciones por el aniversario 44 del establecimiento de las relaciones entre Cuba y la Comunidad del Caribe.

 

Soomer recordó la vocación solidaria y humanista del Comandante en Jefe con los pequeños países de esa zona geográfica.

 

Esos Estados estrecharon el 8 de diciembre de 1972 sus vínculos con la mayor de las Antillas y rompieron así el cerco diplomático que intentaba Estados Unidos imponer a Cuba.

 

Del mismo modo, Soomer distinguió las contribuciones del líder cubano en la causa de los pueblos del mundo, a pesar de las limitaciones provocadas por el bloqueo estadounidense.

 

Asimismo, más de 700 personalidades de 45 países alertaron, a principios de año en La Habana, acerca del peligro que se cierne sobre la región con la oleada de la derecha contra los gobiernos progresistas.

 

En la segunda conferencia internacional Con todos y para el bien de todos, dedicada al Apóstol cubano, los participantes exhortaron a enfrentar grandes problemas, como las cuestiones sociales y medioambientales.

 

La declaración del evento acoge ese sentir y la toma de conciencia de los pensadores y líderes políticos sobre la debacle que puede sufrir la humanidad si no se reacciona con responsabilidad.

 

Por tanto, urgieron a modificar el curso de los acontecimientos y a desarrollar el multilateralismo democrático, bajo la égida de José Martí.

 

Asimismo destacaron que el legado profundamente humanista de Martí -con la igual dignidad de todos los seres humanos y la solidaridad sin cortapisas- adquiere en las actuales circunstancias una vigencia y un significado extraordinarios.

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