Los bramidos de la señora Castellón

Los bramidos de la señora Castellón
Fecha de publicación: 
21 Abril 2012
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Con su habitual lenguaje de parroquiana de tabernas cerveceras, la señora Ninoska Pérez Castellón rechazó palabras del senador demócrata Jeff Bingaman a favor de cesar el bloqueo a Cuba.

Bingaman, presidente del Comité de Energía y Recursos Naturales de la Cámara Alta, además planteó que están desfasados en su política hacia La Habana y recomendó normalizar las relaciones bilaterales.

Permitimos, agregó, que nuestra política hacia Cuba sea trazada por cubanoamericanos de Miami, “en vez de que la dicten los intereses nacionales de nuestro país”.

De inmediato le contestó Ninoska Pérez Castellón, periodista de la titulada Radio Mambí y una de las portavoces más exaltadas de la ultraderecha de origen cubano resguardada allí.

Según ella, la opinión del senador Bingaman no hace precisiones que resultan fundamentales en el análisis de la situación.

Al respecto, subrayó Ninoska, él se refiere a los intereses de Estados Unidos. ¿Cuáles? Hacer negocios con un país que está en la lista de quienes auspician el terrorismo.

Vale preguntarle a la señora Castellón: ¿quién redactó esa lista? ¿Acaso un organismo competente de la ONU? No, los peores enemigos de Cuba en el seno del gobierno estadounidense.

Cabría preguntarle sobre las 20 resoluciones aprobadas en la Asamblea General de Naciones Unidas a partir de 1992, que han reclamado lo mismo que el senador Jeff Bingaman, ahora fustigado por ella.

Tampoco puede remitirse a “la mano oculta de La Habana” en eso, porque hasta gobiernos aliados a Estados Unidos han votado más de una vez a favor de tal exigencia.

Por curiosidad habría que indagar con la Castellón acerca de los pronunciamientos de dos máximas figuras de la Iglesia Católica, Juan Pablo II en 1998 y hace algo más de un mes Benedicto XVI, los cuales desaprobaron este cerco a la isla.

Ahora la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, en carta a la titular del Exterior, Hillary Clinton, pidió la normalización de los lazos diplomáticos con Cuba y de los viajes hacia esta.

Uno de sus más altos voceros, el obispo Richard E. Pates (del estado de Iowa), declaró que con esos dos pasos Estados Unidos establecería relaciones con un socio “que beneficiaría el comercio estadounidense”.

El obispo añadió que luego de participar en la reciente visita del Papa Benedicto XVI a Cuba, pudo constatar de primera mano cómo el proseguir la apertura solicitada “mejorará la vida de la gente en ambos países”.

La señora Castellón discrepa de todos los razonamientos aquí apuntados, como digna pichona de quienes hace más de 50 años llegaron en tropel a costas de Estados Unidos huyendo de la justicia revolucionaria que entonces juzgaba a los asesinos y torturadores de la tiranía de Fulgencio Batista.

Ella y los suyos forman parte sobresaliente de los especímenes que un día salieron de su lugar de origen sin fecha de regreso.

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