Frank Fernández al piano anula el tiempo en concierto en Cuba

Frank Fernández al piano anula el tiempo en concierto en Cuba
Fecha de publicación: 
23 Diciembre 2016
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Más de dos horas de concierto parecieron un instante anoche y el público de la sala Covarrubias del Teatro Nacional hubiese amanecido allí hipnotizado, si el extraordinario pianista hubiera seguido tocando.

Fernández sabe cómo disfrazar la complejidad con pericia y no puede evitar tocar interpretando la música, como mismo un actor dramatiza un parlamento, matiza frases y extrae de su propia alma sentimientos análogos para comprender y resemantizar una obra.

El quinto Concierto, Opus 73, Emperador, del genio alemán Ludwig van Beethoven, le dejó encadenar fuerza rítmica y lirismo, mientras la Orquesta Sinfónica bajo la dirección de Enrique Pérez Mesa propició un diálogo esplendente con el piano.

Antes, la formación orquestal deleitó a la audiencia con la conocida quinta Sinfonía del propio Beethoven, cuyo inicio deviene uno de los motivos más citados en la cultura popular mediante el cine, la radio, la televisión, y hasta otros géneros musicales como el jazz y el rock.

El Concierto número cinco tampoco es una pieza desconocida y ostenta un título que bien merece en sí mismo como composición dentro de la obra del llamado sordo de Bonn.

De acuerdo con referencias históricas, cuando Beethoven compuso Emperador su audición estaba tan limitada que no había ninguna posibilidad de que pudiera interpretarlo, y fue el último concierto que escribió para piano.

Los aplausos para Fernández y la Sinfónica no paraban, entonces el agradecido pianista decidió prolongar el espectáculo con tres homenajes, el primero de ellos dedicado a su amiga Teresa Junco, formadora de excelentes pianistas que en la actualidad tocan en diversas partes del mundo.

A propósito de celebrarse en Cuba el Día del Educador, quiso dedicar además a sus tres grandes maestros: la madre, Margot Rojas y el ruso Víctor Merzhanov, el tiempo lento del Concierto número 23 de Wolfgang Amadeus Mozart, una pieza en la cual según Fernández afloran las nostalgias del autor.

El segundo homenaje fue para el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, a quien el pianista dedicó el tema del Amor, de su obra La gran rebelión.

Para culminar, a todas las personas decentes que existen en el mundo dedicó la interpretación de La comparsa, de Ernesto Lecuona, quizás la pieza clásica cubana con mayor número de versiones.

De este modo, Fernández y la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba cerraron el año, que amén del mucho trabajo en sus respectivas trayectorias solo por este concierto 2016 merece ser calificado de histórico para ambos.

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