Oreste Torres y su visión 360 del Santa Tecla campeón

Oreste Torres y su visión 360 del Santa Tecla campeón
Fecha de publicación: 
16 Diciembre 2016
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Se trata de los canasteros cubanos Oreste Torres (centro zurdo de 2.04 metros de estatura, 242 libras y nacido el 26 de febrero de 1987) y Lisván Valdés (alero derecho de 1.98 metros, 180.4 libras y nacido el 21 de enero de 1988, poseedor de un tiro de tres puntos en suspensión notablemente efectivo) insertados en esa lid bajo el amparo de la política de contratación de deportistas cubanos en el exterior.

A simple vista puede deducirse que tras largos años compartiendo equipo desde la categoría escolar, y la presencia de ambos luego en el Capitalinos de la Liga Superior cubana les conferiría la condición de dúo temible en la lid salvadoreña. Y justamente así se comportaron. Para tener una idea de sus rendimientos en el quinteto titular tecleño baste mencionar que Lisván promedió 21.9 puntos por partido en la clasificatoria, con total de 745. Redondeó su accionar con 7.5 rebotes-totalizó 256, de ellos 83 ofensivos; además de una media de 2.8 asistencias por acto y global de 95.

Por su parte Torres exhibió anotaciones medias de 19.1-649; y capturas bajo los tableros de 8.6- global de 293 y 75 ofensivos.
Luego en la final se combinaron ambos para aportar a la causa del título 68 tantos con 24 tablas. En el primer partido, el pivot Torres sumó 18 tantos y nueve capturas bajo los tableros, mientras en el segundo añadió otros 18 cartones con seis rebotes para sentenciar a los Halcones con pizarras respectivas de 94-86 y 68-61.

Valdés añadió 16 puntos, 8 rebotes y 10 asistencias en el encuentro inicial y despidió su primera presentación en tierras salvadoreñas con 16 unidades y 9 recuperaciones. Cabe destacar que en su primera cruzada en dicha competición, Torres emergió subtitular con el Denver FAS.

A propósito de su coronación y algunos elementos de juego, ambos canasteros ofrecieron sus impresiones vía electrónica a Cubasí:

Oreste Torres: “Una de las diferencias fundamentales respecto a la temporada anterior que jugué con Denver  fue que el Santa Tecla seleccionó mejores jugadores nacionales y eso nos permitió mostrarnos bien estables sobre la cancha y repartir más la ofensiva.

De la presencia de Lisván sencillamente increíble, tanto así que fue el líder ofensivo del conjunto. Fue excelente compartir nuevamente junto a mi compañero de muchas batallas desde etapa escolar. Además el resto del elenco y el cuerpo técnico terminaron muy satisfechos con nuestro trabajo.

Lo fundamental para el triunfo fue la confianza entre todos, la unidad de todo el equipo, la efectividad a lo largo del campeonato, la preparación física y mental, y la gran comunicación con los entrenadores y demás jugadores.

Basé mi rendimiento individual en la efectividad, tanto dentro como fuera del perímetro. Mis porcientos fueron positivos y además me aproximé a la decena de rebotes por desafío. Algo crucial fue el hecho de que primó el juego colectivo entre todos los miembros, dinámica puesta en práctica desde los entrenamientos.

A propósito, estos son bien activos, se basan en lograr mucha efectividad mediante un número considerable de repeticiones de tiros desde todas las distancias. También se corre la cancha para los contra ataques, y todo se basa en los sistemas tácticos del equipo en defensa y ofensiva expresados de costa a costa de la cancha.

La diferencia a la Liga Superior desde mi punto de vista es la efectividad. Aquí los jugadores son bien efectivos; los árbitros no permiten mucho el juego físico como en nuestro torneo, además de que cada selección acá cuenta con tres jugadores extranjeros y eso hace que los equipos tengan más nivel”.

Lisván Valdés: “En lo personal después de haber sido pieza clave en el triunfo del Santa Tecla y haber estado sobre la duela prácticamente los 40 minutos de partido desde cuartos de final, si bien dio muestras de mi talento y la confianza de la dirección del equipo en mí, me hizo ter4minar sumamente agotado. De cara a la Liga Centroamericana de Clubes lo que más necesito es recuperarme un poco físicamente.

La química con Oreste es muy buena, nos conocemos muy bien desde que nos iniciamos en época de baloncesto escolar. Creo que tenemos que seguir siendo agresivos ofensivamente y mantener los niveles estables en defensa. Si lo logramos, todo saldrá bien en los certámenes futuros.

 La experiencia como líder ofensivo fue muy buena, en otras palabras tengo que venir a todos los juegos con mentalidad anotadora para darle la oportunidad de ganar a mi equipo porque este un torneo corto y no puedo darme el lujo de tener partidos mediocres, de bajos rendimientos. Sobre el juego colectivo, siempre hay muchas cosas que mejorar como la defensiva: tenemos que ser consistentes. También tenemos dos refuerzos para este torneo,  unos de ellos jugó en la NBA D-league, una especie de segunda división de la NBA. Estamos bien, hay confianza e integración entre cada una de las piezas del elenco y sus roles cada vez que ponemos un pie en el tabloncillo. El objetivo es llegar a la Ligas de las Américas el próximo año. Estamos centrados y creo q podemos conseguirlo, sin menospreciar otros elencos, como el de Panamá, un país que a nivel de región es el más fuerte si miramos su conjunto nacional”.

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