Neruda recita fuerte en Festival del Nuevo Cine Latinoamericano

El director decidió evadir los esquemas de una biografía y se aventuró a la interpretación, a llenar posibles emociones de un alma, a conectar sentimientos que dieron cuerpo a personajes y obras de arte de existencia ilimitada.

Neruda, la película de Larraín, aplaude la trascendencia de un gigante que no luce disminuido en medio de supuestas predilecciones, sino hombre de carne y hueso cuya grandeza radica en saber escribir de forma inigualable sobre el dolor, el encierro, el engaño, la violencia, la pobreza.

Como fueron padecimientos de muchos en el Chile de mediados del siglo XX, miles de personas hubiesen podido escribir al respecto de estos mismos temas, pero nadie lo logró con palabras tan lacerantes como Neruda.

Larraín aborda entonces la trascendencia y el actor Luis Gnecco se encarga de reflejar los rasgos del poeta apasionado e idealista que muchos contemporáneos recuerdan, tanto el de los versos más tristes esta noche como el militante político comunista de afilada lengua.

Realidad y ficción establecen un diálogo interesante en el largometraje ganador de cuatro premios Fénix en México hace pocos días, en los apartados de mejor película, vestuario, edición y diseño de arte.

La Asociación Nacional de Críticos de cine de Estados Unidos acaba de nominar a Neruda en la categoría de mejor película extranjera, para los premios Critics' Choice, mientras la academia chilena presentó la obra como candidata a los Oscar, en el área de mejor película de habla no inglesa.

Junto a Gnecco sobresalen las actuaciones del mexicano Gael García Bernal, quien interpreta al detective Peluchonneau, y la argentina Mercedes Morán como Delia del Carril, la segunda esposa del autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, Residencia en la tierra y Canto general.

El largometraje de Larraín compite esta semana en la sección oficial del 38 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, la mayor cita cinematográfica en Cuba.

Algunas suposiciones en la cinta generan inquietudes en admiradores del poeta, pero nadie debería obviar que transmite lo fundamental, un efecto, un impacto, una verdad muy poderosa e innegable: ante la obra de Neruda todos somos frágiles.