Estados Unidos: Trofeos de guerra

Estados Unidos: Trofeos de guerra
Fecha de publicación: 
19 Abril 2012
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Los marines norteamericanos vuelven a sorprender con sus imágenes de la “victoria”. En esta ocasión,  las fotos saltaron a Los Ángeles Times para ponernos frente a las narices a varios de ellos  posando junto a restos de cadáveres de supuestos terroristas afganos.

 

Según la fuente, la misión de estos marines era dirigirse a un cuartel de la policía y  tomar las huellas digitales de varios muertos, pero, finalmente, terminaron fotografiándose junto a esos “trofeos” destrozados.

 

Señala que solo publicaron una parte de tales imágenes, tomadas en 2010 y entregadas por un soldado de la 82ª división aerotransportada, lo que presupone que decenas de instantáneas  más permanecen guardadas en algún disco duro de ese prestigioso diario.

 

No es la primera vez, ni será la última, que fotos como estas llegan a los medios o se filtran a las redes sociales. Hace poco pudo verse cómo saldados norteamericanos orinaban sobre cadáveres, un video que le dio la vuelta al mundo y estremeció al mismísimo presidente de los Estados Unidos, Barakc Obama, jefe supremo de las fuerzas armadas de Estados Unidos.

 

A este hecho se suma que varios ejemplares del Corán fueron quemados en una base norteamericana, lo que provocó serios disturbios que dejaron  36 muertos, entre ellos seis norteamericanos, según explica también Los Ángeles Times.

 

Pero a la cadena de crímenes norteamericanos  en Afganistán se suma otro hecho reciente. En marzo último, las autoridades afganas denunciaron que un soldado estadounidense mató a 17 civiles (nueve niños, tres mujeres y cinco hombres) e  hirió a cinco durante una incursión nocturna en localidades próximas a una base militar en Kandahar.

 

El presidente de ese país, Hamid Karzai,  denunció lo ocurrido en un comunicado de prensa donde sentenció que se trataba de un acto intencional y calificó la acción de asesinato y  terrorismo.

 

Hasta el momento, no se han producido declaraciones por parte del gobierno afgano sobre las nuevas revelaciones, pero sin dudas, estos reiterados escándalos deterioran las relaciones entre ambos países.

 

Para tratar de apaciguar la ola de críticas que ya circula, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panneta, ha condenado la conducta de los soldados fotografiados junto a restos humanos. “Estas imágenes no representan en nada los valores o el profesionalismo de la enorme mayoría de las tropas estadounidenses que sirven actualmente en Afganistán”, dijo  en un comunicado el jefe del Pentágono, quien agregó que está “decepcionado” por lo publicado en ese diario.

 

Profesionales de la tortura


Pero Panneta es de esos ciegos que no quieren ver. Desde que el imperio del norte decidió iniciar sus invasiones para supuestamente luchar contra el terrorismo de Al Qaida,  las tropas norteamericanas se han visto involucradas en varios escándalos de violación de los derechos de los prisioneros.


En 2003 se conocieron los abusos y torturas de detenidos encarcelados en Abu Ghraib,  en Irak.  Entonces, la Compañía 372 de la Policía Militar de Estados Unidos, agentes de la CIA y contratistas militares se vieron involucrados en el abuso y tortura de detenidos.


El programa 60 minutos de la CBS y un artículo en The New Yorker  destaparon la historia mostrando fotografías donde los soldados amontonaban a condenados desnudos para saltar sobre ellos, y los forzaban a adoptar posiciones de actos sexuales para ser fotografiados o grabados.

 

Un informe estadounidense sobre lo ocurrido,  fechado en abril de 2004, daba cuenta de numerosos ejemplos de la forma en que se abusaba de los prisioneros. Textualmente consignaba:


  • -Dar puñetazos, cachetes y patear a los detenidos; saltar sobre sus pies desnudos
  • -Grabar en vídeo y fotografiar prisioneros desnudos, tanto hombres como mujeres.
  • -Forzar a los prisioneros a desempeñar posiciones de acto sexual y fotografiarlos
  • -Desnudar detenidos a la fuerza y mantenerlos desnudos durante varios días.
  • -Forzar a hombres desnudos a usar ropa interior femenina
  • -Forzar a los detenidos a masturbarse para fotografiarlos y grabarlos.
  • -Amontonar a los prisioneros desnudos y saltar sobre ellos.
  • -Poner de pie sobre cajones a prisioneros, con una bozal sobre su cabeza y amarrar cables eléctricos a los dedos de los pies y manos y al pene para amenazar con tortura eléctrica.
  • -Colocar un collar y correa de perro a un detenido desnudo y mientras lo 'pasea' una mujer soldado.
  • -Violación de una mujer detenida por un Policía Militar
  • -Sacar fotografías de prisioneros muertos en posición de celebración.
  • -Romper luces químicas sobre los detenidos y echar líquido fosfórico sobre los prisioneros.
  • -Regar con agua fría a los detenidos desnudos.
  • -Golpear a los detenidos con escobas y sillas.
  • -Amenazar a los detenidos con una violación.
  • -Permitir a guardias militares coser las heridas de un detenido, herido después de ser arrojado contra la pared de su celda.
  • -Sodomizar detenidos con luces químicas y palos de escobas.
  • -Usar perros militares sin bozales para intimidar a los prisioneros, en una ocasión el prisionero fue mordido y gravemente herido por el perro.

Los escándalos de este tipo continuaron saltando a la prensa y el 15 de enero de 2006 nuevas fotos y videos fueron publicados en el programa Dateline, del canal de televisión australiano SBS, precisamente en un momento en el que una corte estadounidense se pronunciaba a favor de que el Pentágono hiciera públicas todas las imágenes sobre los casos de tortura de Abu Ghraib.

 

Es una historia repetida y para nada excepción, como quieren hacer ver. Igual que Panneta ahora, Donald Rumsfeld, entonces secretario de Defensa norteamericano, calificó los hechos de “abusos cometidos por unas manzanas podridas  que no se corresponden con el espíritu americano”.

Pero la caja de manzanas contaminadas de Rumsfeld ya había viajado al Caribe y comenzaban a conocerse también las torturas y vejaciones a que eran sometidos los detenidos en Guantánamo.

 

Murat Kurnaz estuvo por cinco años en la ilegal  base cárcel de Guantánamo antes de ser liberado sin cargos.  En una entrevista exclusiva para Russia Today contó algunos de los métodos de torturas habituales empleados allí por los soldados para hacer declarar a los presos:

 

"Fui forzado a aceptar que era miembro del Talibán y de Al Qaeda y dije que no lo soy. Realmente no sabía en aquel momento qué era Al Qaeda, no sabía nada sobre eso. Así que cuando me preguntaron acerca de Al Qaeda y el Talibán, yo dije que no era un miembro de ellos. Y ellos me trajeron unos papeles y me forzaron a firmar. Yo me negué", dijo a Russia Today.

 

"Por eso es que ellos trataron de hacerme firmar con descargas eléctricas. Y en otra oportunidad me forzaron con ahogamiento simulado. En otro momento me colgaron con cadenas. Estaba colgado en el techo. Ellos me jalaban del techo con la cadena hasta que mis pies estuvieran sobre el piso. Luego de unos días comencé a perder el conocimiento, porque en esa situación no podía comer o beber y había un frío congelante. Era invierno y no tenía ropa puesta", sentenció.

 

Lamentablemente, las declaraciones de Murat Kurnaz no son solo amargas remembranzas de un capítulo ya cerrado. La cárcel en la base de Guantánamo permanece, a pesar de que su cierre fuera una de las promesas electorales de Obama –de nuevo inmerso en campaña electoral que traerá nuevas compromisos por cumplir. Solo habrá que esperar, porque en muchos soportes digitales aun duermen quién sabe qué aterradoras revelaciones gráficas sobre las conductas de estos soldados, que no son excepción como aseguraran Panneta y Rumsfeld, sino el manzanal podrido de una huerta reseca y ya insalvable.

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