Luis Alberto García: Ya no es antes, una película dura

Luis Alberto García: Ya no es antes, una película dura
Fecha de publicación: 
6 Diciembre 2016
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No duda en calificarla de una película dura, un drama con todas las de la ley aunque en algunas ocasiones el público sonreirá con algún bocadillo o exabrupto de los personajes.

Tras varios años de separación en la escena, García vuelve a reencontrarse en la pantalla grande con Isabel Santos, una de las actrices más relevantes en la isla con la que ha formado una pareja icónica en la cinematografía nacional.

Todavía los cinéfilos recuerdan sus estelares papeles en el filme Clandestinos (1988), de Fernando Pérez.

Cuando me enfrenté al texto me di cuenta de que el trabajo que se avecinaba era brutal, y descubrí dos cosas: que la magia con Isabel no se había perdido y que no tenía más alternativa que poner muchas de mis vivencias en mi personaje, destaca García.

Comenta el actor que el hombre que encarna, Esteban, es un tipo al que las cosas no le han salido bien, pero la peor de todas es la lejanía con su hija, marcada por incomprensiones, por su adicción al alcohol, por sus frustraciones, y porque es una niña de padres separados.

Por supuesto, fue una fibra que me marcó, porque me duelen mis hijas y me duele no haber sido mejor para ellas ni haber conseguido que fueran felices aquí, subraya.

La separación familiar y la emigración son los temas que aborda Ya no es antes, pero desde otra óptica, desde la singularidad de una pareja que todavía siente el amor a pesar de cuatro décadas de distanciamiento físico.

Para mí, Léster Hamlet fue una sorpresa porque siendo relativamente joven sabe muchísimo sobre dirección de actores; sabe tocar la fibra que necesita cada actor y cada actriz en particular, porque no opera de la misma manera conmigo que con Isabel, puntualiza García.

Léster no se casa con el texto de una manera férrea; siempre trae una idea debajo de la manga, por tanto no podía aprenderme mis parlamentos de forma mecánica porque tenía la seguridad de que al día siguiente, cuando llegara al set, algún cambio habría, comenta.

Él te llama aparte, te habla muy quedo, muchas veces ni siquiera habla del personaje sino de cosas suyas y eso te pone la piel de gallina; toda la sensibilidad la tienes a flor de piel, y solo es decirle: 'Vamos a hacer el plano'. Léster sabe lo que hace, sentencia.

A renglón seguido, el actor confiesa que constantemente se cuestionaba: ¿aguantará una película, hora y media, con solo dos personajes en una única locación? ¿Seremos capaces de mantener la tensión dramática y de llamar la atención?

Lo curioso del filme es el momento en que se hace. Sin oportunismo, sino con oportunidad, viene a reafirmar la tesis de que hay que conversar, hay que limar asperezas, hay que partir del respeto al que piensa diferente y tratar de armar el muñeco otra vez, señala.

Intentamos darle un vuelco diferente al tema, no magnificarlo, no hacer un super melodrama sino tratarlo como algo natural, como algo que ya casi tienes en vena, que ya casi está en nuestros genes porque son muchas las generaciones que han pasado por este asunto del exilio y el 'inxilio', asegura.

García confirma su encanto de haber hecho una película para todos los cubanos, estén donde estén, piensen como piensen. Me satisface haberla hecho con seriedad, con profundidad, con respeto y responsabilidad, concluye el actor.

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