«Fidel era único»

«Fidel era único»
Fecha de publicación: 
1 Diciembre 2016
0
Imagen principal: 

Silvio Montejo Boffill, la Bala de Caibarién, uno de los mejores jardineros centrales de cuantos han pasado por nuestras series nacionales de béisbol tuvo la oportunidad de estar en varias ocasiones cerca de Fidel.

«La primera vez que lo vi fue en un día muy especial para él. Era el 13 de agosto de 1961 y cumplía 35 años. Comenzaba aquel domingo el Campeonato Mundial Juvenil de béisbol en La Habana y fue invitado a lanzar la primera bola.

«Nos saludó a todos. Imagínate la impresión que sentí, yo todavía no tenía 16 años de edad y de pronto veo ante mí estrechándome la mano a aquel hombre que a pesar de su juventud era toda una leyenda.

«Luego, cuando nos preparábamos para el campeonato mundial de mayores en República Dominicana, en 1969, él asistía sistemáticamente a los entrenamientos y le gustaba maniobrar la máquina de lanzar, se interesaba por los problemas relacionados con la salud y la alimentación de los peloteros.

«Tenía una memoria prodigiosa. En una de las sesiones de entrenamiento me preguntó: ¿Tú no eras el muchachito aquel que yo saludé en el mundial juvenil?

«Cuando regresamos con el título de República Dominicana nos recibió y estuvo bastante rato conversando con nosotros. Al Curro Pérez que había sido el Héroe del Mundial le dijo: Me tenías caminando de aquí para allá y de allá para acá, pero yo sabía que tú le dabas el jit a los norteamericanos”.

«Otro momento muy emotivo fue cuando en 1970 recibió a la delegación que participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en Panamá. Allí habló de la organización de la Serie Especial de los 10 Millones para que sirviera de estímulo a los macheteros que estaban participando en la zafra de los 10 Millones.

«Pasados los años, en 1999, cuando vinieron a jugar aquí los Orioles de Baltimore, Fidel se reunió con los jugadores que representamos a Cuba en el mundial de 1969 y luego tuve el honor de formar parte de la delegación de deportistas que fuimos invitados a acompañar al equipo al juego que se celebró con los Orioles allá en Estados Unidos. Ese día volvió a asombrarme con su memoria, todavía se acordaba de muchos atletas que hacía varios años ya se habían retirado.

«Me enteré de su muerte por mediación de mi hijo Miguel que es el delegado del equipo de Matanzas en la serie nacional. Estaba en Holguín porque habían jugado ese día con los Cachorros. Era ya de madrugada cuando recibí su llamada telefónica diciéndome: “Papi, murió Fidel». Mira, se me hizo un nudo en la garganta. Me senté para asimilar lo que me acababa de comunicar mi hijo y tomé pastillas para controlar la presión.

«Fidel era único y eso pude comprobarlo cada vez que tuvimos contacto con él. Se preocupaba hasta por el más mínimo detalle. Su legado quedará por siempre en el corazón del pueblo y en el mundo», afirmó visiblemente consternado esta gloria de la pelota cubana.

 

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.