Bienvenido Fidel

No más tus reflexiones a veces contundentes, otras históricas y alguna enigmática, pero siempre orientando y reafirmando tu claro pensamiento.

Dicen que en la pérdida de un ser querido uno tiene que elaborar un duelo y veo que Cuba se adentra en esta elaboración infinita, en la que tu pensamiento será el cauce de nuestra tristeza. Habrá que saber hacer con ella.

Estuve hoy con mi hijita en la plaza para decirte adiós y vi a un anciano de 89 años que dijo a una periodista extranjera “Seguiremos como él hubiera querido” y lloraba el anciano. Una mulata gorda que entre lágrimas explicaba también al corresponsal  “Ustedes no entienden, no se murió nuestro presidente, se nos ha muerto un ser muy querido que vivía con nosotros, en nuestras casas, alguien a quien todos estamos muy agradecidos, un presidente es un cargo y Fidel es padre de verdad, es familia y por eso el dolor es muy grande”.

Un amigo me dice que la guía de ahora es el concepto de revolución. A mí no me gusta que le llamen concepto porque me suena como cosa teórica. Yo estaba en la plaza el primero de mayo de 2000 cuando leíste aquellas palabras y confieso que en ese momento no entendí su trascendencia. Después lo estudié detalladamente y vi que más que un concepto es una filosofía de vida, una manera de ser que trasciende a las personas para ser un país, Cuba.

Siempre me pregunté en qué momento habrías escrito lo que es Revolución después de haber hecho tanta. Supuse por la profundidad de cada palabra, que sería en la madrugada del 30 de abril de ese año, porque creo que alguna vez dijiste que esas eran tus horas más productivas. Después comprendí que no te pudo ser difícil escribirlo porque sin querer estabas hablando de ti mismo. Para mí esa definición de Revolución es el mejor autorretrato dibujado en la historia.

Por eso, la mejor imagen de nuestro país futuro es la de Ares, donde todos los cubanos somos el Fidel que fuiste de joven con fusil y en la Sierra, el de la foto en que te despedimos rodeada de flores, ahora todos seremos tú, como ya dicen sabiamente los estudiantes universitarios. Unos tendremos más sentido del momento histórico que otros, otros serán más altruistas o modestos, aquellos destacarán por su internacionalismo y así hasta unir todas sus ideas en un país.

Y la tristeza, la tristeza será otra cosa. Será la fuerza que nos sigue metiendo en esta historia infinita, será ese sentimiento cada vez que te recuerde, será la indispensable necesidad de no fallarte nunca  porque ahora una parte de ti vive adentro mío.  Entonces no te vas, mas bien ¡Bienvenido a mi pecho Fidel, siempre, hasta la victoria!