Grand Prix de Azerbaiyán en la mirada de tres libristas

La final del Golden Grand Prix 2016 de lucha en Azerbaiyán es un hecho, como también la presencia, después de largos años de espera de una selección cubana que contempla a 15 gladiadores en las tres modalidades, en medio de una marejada de exponentes de una veintena de países, incluidos medallistas universales y olímpicos, que elevan considerablemente el pedigrí de la tradicional justa, que se celebra a la memoria de Heydar Aliyev.

La legión antillana que buscará glorificarse en la arena Sports Hall de Bakú la componen entre clásicos  Javier Duménigo (59 kg), Miguel Martínez (66), Daniel Gregorich (85), Reinier Monteagudo (98) y Oscar Pino (130), comandados por Raúl Trujillo. Sobresalen las ausencias de Mijaín López (130 kg) y Yasmany Lugo (98), el primero por razones estratégicas, y Lugo atraviesa una lesión.

Defenderán las trusas tricolor en la libre Liván López (74), Reineris Salas (97), Eliecer Guevara (57), Yudennis Alpajón (125), Yowlys Bonne (61) y Alejando Valdés (65), con Julio Mendieta al frente, mientras en la libre femenina concurrirán  Lienna de la Caridad Montero (58), Jaquelín Stornell (60), Katherine Videaux (63) y Yudaris Sánchez (69).
Se trata de un torneo con dos kilogramos de tolerancia, que en la versión precedente del 2014 vio coronarse entre clásicos a los propios azeríes con cuatro cetros, las chicas de Japón impusieron su clase (2-2-3) en la libre femenina, y sus homólogos azerbaiyanos (3-3-5) hicieron otro tanto.

Rusia, los anfitriones, Irán, Japón, Estados Unidos, Mongolia y Cuba se cuentan entre las naciones con mayores opciones de copar las posiciones cimeras.

En el caso de nuestros libristas Bonne y Valdés tienen como preparación adicional su presencia en la Bundesliga alemana, la cual transita por su segunda fase de calendario y tiene en Calabaza Valdés a uno de sus invictos. El capitalino se mantiene invicto en nueve presentaciones de los 66 kg. La última por superioridad técnica de 16-0 puntos sobre el polaco Dawid Wolny que culminó en 2:11 minutos.

Bonne archiva una derrota y Mijaín una sonrisa.

TRES ASES EN LA MIRA

Para Liván López (34 años, bronce olímpico y tres veces medallista del orbe), la preparación ha variado, desde el énfasis que ha estado haciendo el nuevo colectivo médico, hasta la variación del curso de sus sesiones, sobre la base de la experiencia de Río y lo evidenciado allí: “Estamos haciendo énfasis en el fortalecimiento y defensa de las piernas, y en base a la resistencia de las fuerza, algo que en sentido general falló en Brasil.

Todos los jueves estamos haciendo topes con los grequistas y además hacemos trabajo individual con los entrenadores, circuitos que combinan varios ejercicios, según las necesidades de cada uno de nosotros. Soy un luchador longevo y es crucial paralelamente trabajar sobre el fortalecimiento de todos los planos musculares. Nuestro deporte es muy traumático”.

Reinieri Salas (86 kg, doble subcampeón del orbe, 29 abriles. Recientemente medallista de plata de los 100 kg y seleccionado entre los más valiosos del Mundial de lucha Pahlavani): “La preparación que venía enfrentando no era para este Mundial de lucha Pahlavani. Estab centrado en el Grand Prix de Azerbaiyán. Será mi primera competencia del ciclo oficialmente en 97 kg. Estoy pesando alrededor de 98.5 kg y no necesito bajar casi nada de peso.

Los esfuerzos estaban dirigidos a los circuitos de ejercicios que inciden sobre la resistencia de la fuerza. En mi caso, al retornar del Grand Prix, tendré que hacer énfasis sobre el aumento de los niveles de fuerza máxima. La nueva división exige más fuerza, sin perder los niveles habituales de explosividad. Eso implica que el trabajo con las pesas será determinante, específico, muy detallado”.

Cierra el tridente Yowlys Bonne (61 kg, 33 años, bronce del orbe y fraguado al calor de disímiles batallas con el as olímpico de Atenas 2004, Yandro Quintana): “En Alemania esta segunda experiencia me ha hecho ganar en visión. Pese a celebrar solo un combate, producto de una lesión leve en la rodilla me siento con mayor seguridad. Decidimos no forzarme y recuperarme para enfrentar el Grand Prix, en el cual estaré batallando en los 61 kg, la división que considero mi peso natural.

Respecto al trabajo físico se planifica el entrenamiento y a medida que transitamos por las diferentes etapas, le ponemos o quitamos algo a las cargas. En mi caso particular llegué a los segundos períodos en Río algo cansado, pero específicamente falló la mecánica de haber realizado el peso exacto con tanto tiempo de antelación. Eso limitó mis fuerzas y no tuve la recuperación. Perdí fuerzas y eso me pasó factura. Todos los metabolismos no son iguales y el mío falló en ese sentido”.

Jueves 24 de noviembre. En la arena del Sports Hall de Azerbaiyán, los luchadores antillanos se entregan a sangre y fuego. Un escenario esquivo por años y en el cual intentarán mantener el prestigio de nuestra lucha.