Nicaragua: Victoria popular

Nicaragua: Victoria popular
Fecha de publicación: 
7 Noviembre 2016
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No por esperado ni por las  encuestas que daban amplia ventaja a Ortega, el triunfo de este marcó la satisfacción revolucionaria de hacer fracasar los intentos de los enemigos de los pueblos de implementar el neoliberalismo en la nación centroamericana.

Lo importante es que el pueblo de Nicaragua es el protagonista de sus propias transformaciones, con el liderazgo del mandatario Daniel Ortega y la Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo, electa vicepresidenta.

No es la primera vez que se publican los avances de Nicaragua  en los nueve años de la segunda etapa de gobierno sandinista, que marcó una serie de transformaciones.

La tasa de empleo crece anualmente  como promedio 7%, las inversiones se incrementaron de 280 millones de dólares en el 2006 a más de 1 500 millones, la cobertura eléctrica pasó del 54% en el 2006 a más del 85%.

A ello se suma un desempeño macroeconómico sólido, una inflación baja y estable, finanzas públicas sanas y un sistema financiero robusto, mientras las reservas internacionales siguen fortaleciéndose, dando la razón al Presidente cuando hizo que algunas fuerzas contrarias pero que mantenían posiciones honestas, colaborarán con el proyecto sandinista.

Como parte de su gestión, el Ejecutivo impulsó también programas como Hambre Cero, que promueve la producción local de alimentos, al poner en manos de los beneficiados aves de corral y otros animales; y Usura Cero, que concede préstamos con bajas tasas de interés fundamentalmente a madres solteras y jefas de hogar.

La pobreza general decreció de casi el 42% a 29%, presente principalmente en zonas costeras y montañosas apartadas, en tanto la atención a la niñez es uno de los principales logros de esta nación que, con ayuda de Cuba, erradicó el analfabetismo.

Pero la mejor carta de presentación es la salud y educación gratuitas y no dejar a nadie desatendido socialmente, sin que la nación siguiera creciendo económicamente, un 4% el pasado año, el segundo más alto en Latinoamérica.

Como conocemos, decenas de miles de niños y adolescentes centroamericanos y mexicanos enfrentan abusos que pueden ocasionarles la muerte, al recorren miles de kilómetros en solitario para tratar de llegar a Estados Unidos, aparentemente con el fin de la reunión familiar, pero, en realidad, es para huir del hambre y la miseria entronizados aún más por el neoliberalismo; ninguno de ellos es nicaragüense.

Tal como en la primera etapa del triunfo de la Revolución Sandinista, la solidaridad ha seguido siendo básica para desarrollar sueños, ilusiones y proyectos en beneficio de toda la población nicaragüense.

Tal como en Cuba, la amiga Nicaragua mantiene sus principios y lucha contra las adversidades que conspiran para que su pueblo abandone su sólido andar.

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