DE CUBA, SU GENTE: Mi familia es un dibujo

—Me he enterado de lo más grave que puede llegar a saber un hombre —anuncia—, el médico me dijo que mis espermatozoides son lentos, bajos y anormales.

—No te preocupes, mi primo —intento consolarlo—, lo mismo decían de los hippies y cambiaron el rumbo de la historia.

Hotel Ocean Vista Azul

Estamos sentados con el resto de mi familia en una piscina con vista al infinito —modalidad exótica del hotel Ocean Vista Azul, en Varadero. Mi familia —tíos, abuelos, padres, hermanos presentes— se echa a reír. Mi abuela no; no suele reírse cuando le apura ir al baño.

Piscina con vista al infinito del Hotel Ocean Vista Azul. Se llama piscina con vista al infinito porque produce un efecto visual o ilusión óptica de que el agua no tiene fin.

Para que no vaya sola, la acompaño a la habitación. Vamos con paso calmado; quiero evitar que resbale.

—El día en que yo me muera, Dianita —comienza—, tienes que prometerme que te vas a tomar una botella de ron Havana Club.

Interior de una habitación del Hotel Ocean Vista Azul.

—Pero abuela…

—¡De pero nada! No quiero mocos sucios encima de mi cadáver, quiero a todo el mundo vivito y coleando y riendo, que yo he vivido mi vida.

—Pero abuela, yo no tomo.

—Puedes hacer un esfuerzo y emborracharte, por tu abuela —se saca un billete de 10 CUC de entre los senos, o quizás, de debajo de ellos…— Toma, para que tengas para comprar la botella —me encaja el dinero entre los dedos.

Llegamos a la habitación. Nos abre la puerta mi papá, que tiene puesto un abrigo ruso —un paltó— que trajo en los años ochenta de la Unión Soviética, y el cuarto a una temperatura de doce grados. De uno de los compartimentos del abrigo saca una botella de vodka y se va para el baño, donde está jugando, en la tina, una partida de ajedrez contra él mismo.

—Papi —me veo obligada a preguntar—, ¿cómo puedes tomar y jugar ajedrez a la vez?

—¡Sht! —me manda a callar—, ¡estoy emborrachando al contrario!

Siento a mi abuela en la taza del baño y le doy un poco de papel sanitario, que enrollo en su mano. Es un papel sanitario con ínfulas de obra de arte; tiene a relieve personas danzando… parte de las atenciones del hotel, supongo.

—¿Qué cosa es eso, Dianita?

—Papel sanitario, abuela.

—Qué va, eso está demasiado bonito. Llévate eso y tráeme papel periódico.

—¡Abuela, pero eso te raspa!

Se echa a reír.

—Ay, niña, no se puede corregir una cosa deshecha.

La miro aguantando la risa.

—Hoy tienes cara de dibujo —me dice.