Unión Europea: Diputado hospitalizado tras trompada de colega

Un escándalo se desató en el parlamento europeo de Estrasburgo, donde la lucha por la sucesión de Nigel Farage entre los euroescépticos británicos del UKIP -lacerados por divisiones y deserciones tras el triunfo refrendario sobre la Brexit- generó una pelea y hospitalización.

En la misma corrió riesgo de vida Steven Woolfe, de 49 años, quien justo hoy es aspirante a nuevo jefe del partido. El legislador quedó aturdido, casi desvanecido, después de recibir un golpe pleno en el rostro en medio de una fuerte discusión con un colega. Todo se consumó en el transcurso de la media mañana. Woolfe, acusado de haber alcanzado semanas atrás un acuerdo con el Partido Conservador de Theresa May, fue blanco de agresiones durante una reunión del grupo parlamentario del UKIP, conducida al parecer al estilo de un pub.

Incluso recibió una trompada en la cara del más frenético de sus detractores, el compañero de partido Mike Hookam, con quien terminó a las manos. No se sabe quien comenzó la pelea: la verdad es que Woolfe recibió un golpe que lo aturdió e hizo que se golpeara la cabeza contra los marcos de una ventana.

Parecía que todo terminaría allí, pero poco después se agitaron temibles fantasmas. Media hora después, el candidato a líder comenzó a perder la sensibilidad en una parte del cuerpo y luego se desvaneció boca abajo como víctima de un colapso.

Una escena dantesca, en un lugar algo "aséptico", inmortalizada por una fotografía digna de un delito de una crónica negra. La carrera al hospital fue inmediata, así como los controles.

Los médicos franceses temieron una hemorragia cerebral, mientras esperaban al mismo Farage, quien regresó como líder interino, para dar una comunicación embarazosa de lo acontecido.

"Yo lamento profundamente todo esto", declaró Farage. Hay que esperar ahora para que cese la alarma. Y fue Woolfe en persona el que hizo saber que está conciente y que se siente mejor.

"Los exámenes médicos excluyeron una hemorragia cerebral, estoy mejor, más feliz y sonriente, como siempre", añadió. La mala aventura parece haber quedado atrás sin tragedia.

Aquello que queda por delante, excesos a un lado, son en cambio recomponer las piezas del UKIP. El partido busca encontrar una alternativa tras la renuncia de Farage y sobre todo una razón social plausible después de que el referendo sobre la UE fue ganado, pero del resultado se adueñaron los Conservadores del gobierno.

Verdaderamente difícil imaginar a dos personas tan diferentes entre ellos unidos. Woolfe, abogado de Manchester y cara fotogénica del partido indicado desde hace tiempo como "delfín natural de Nigel", y Hookam, de 63 años, un hombre grande que creció entre la clase media trabajadora de Yorkshire, militar durante 9 años en los comandos de Su Majestad, conocido por las incursiones en el campo de refugiados de Calais. Ligado a la doble agresión despunta otro ex pretendiente a líder: Bill Etheridge, portador de la bandera radical y defensor declarado de la pena de muerte.

La sospecha de Hookam -que hasta ahora no fue denunciado- es que Woolfe, excluido de la carrera por el liderazgo en el verano debido a un tecnicismo legal, ha regresado al campo de batlla ahora, gracias a la desaparición repentina de la elegida Diane James, y pretende normalizar de apuro al UKIP. Y, quién sabe, después de negociar con un movimiento personal con el Partido conservador, transformarlo en un "nuevo partido" evocado por May, entre promesas de más justicia social, menos liberalismo, pero también línea dura sobre inmigración y la controvertida hipótesis de "cuotas" sobre los trabajadores extranjeros.