Eusebio Leal Spengler: Un hombre excepcional

Eusebio Leal Spengler: Un hombre excepcional
Fecha de publicación: 
13 Septiembre 2016
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Fiel depositario de las ideas de Emilio Roig de Leuchsenring*, Eusebio Leal Spengler ha dejado para la historia de Cuba una obra sin precedentes como lo ha sido la restauración de La Habana colonial.

 

A él le debemos todos los cubanos, porque su visión de hombre culto e inteligente, le permitió avizorar —quizás como ningún otro— la importancia de rescatar una ciudad construida por emigrantes y criollos, rodeada de mar, de vitrales y columnas, de adoquines y maderas preciosas. Una ciudad que no debía morir al paso del tiempo y el olvido.

 

Así y siguiendo los pasos de su antecesor, de quien se nombra  discípulo, Leal ha encauzado cientos de proyectos, no solo dirigidos a preservar las luces y las sombras de una ciudad —que hoy lo reverencia—  sino a conservar en cada lugar lo más genuino.

 

El llamado Centro Histórico o La Habana Vieja —como decimos casi todos los que vivimos en esta urbe— vive al compás de su gente, vibra con las sábanas blancas en los balcones (según el cantar de Gerardo Alfonso), y se enriquece cada día con la sabiduría popular.

 

En sus calles y plazas adoquinadas conviven armoniosamente lo antiguo con lo moderno, lo culto con lo popular, lo foráneo con lo del patio.   

 

Eusebio no concibió una ciudad museo, de sitios maravillosos alejados de la cotidianidad, sino propició que lugareños y visitantes compartieran el quehacer diario de una manera sencilla y transparente. Así se entrelaza la vida de comercios y bares, escuelas y hostales, galerías y plazas.

 

Eusebio ha sido, sin dudas, un hombre de y para estos tiempos; un compatriota de gran alcance, un cubano digno, de palabra fina,  caminar apresurado y elocuencia sorprendente.

 

Alejado del ámbito público por motivos de salud,  unas semanas atrás en el Pabellón Cuba en el espacio Encuentro con… aseguró a propósito de su distanciamiento que “regresar fue necesario entonces, sobre todo cuando uno tiene responsabilidades y está acostumbrado a llevarlas al detalle: la lámpara que quedó encendida a las doce del día, el árbol que agoniza, la piedra que no se puso, todo eso es para mí una motivación diaria”.

 

A la innumerable lista de títulos y condecoraciones recibidas dentro y fuera de Cuba, este martes la Universidad de La Habana le otorgará el título de Honoris Causa en Humanidades. Distinción que seguramente llevará muy hondo por lo que significa esta casi tricentenaria casa de altos estudios.

   

No obstante la satisfacción por un reconocimiento de tal magnitud, ya él tiene ganado el mayor de todos: el amor y el respeto de su pueblo. ¡Eusebio es único!

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