MIRAR(NOS): Demasiada espera = pérdida de tiempo

MIRAR(NOS): Demasiada espera = pérdida de tiempo
Fecha de publicación: 
9 Septiembre 2016
0
Imagen principal: 

Hace no pocos años, yo respondí un graciosísimo test de personalidad que supuestamente medía mi edad en el amor. Muchas personas consideran el basamento psicológico de ese tipo de cuestionarios y se lanzan a escribir, acaso sin mucho fervor implícito, y lo cierto es que acaban respondiendo con absoluta seriedad, como si en el cometido les fuera la existencia misma.
 
Una pregunta en concreto enunciaba que toda rosa tenía espinas y a partir de ese supuesto, me exhortaba a marcar con una X lo que me desconcertaba entonces del amor:

 

A) Los celos

 

B) Demasiada espera

 

C) Malos hábitos

 

D) Incompatibilidad de caracteres

 

E) Otros (¿Cuáles?)

 

Recuerdo como si fuera hoy que respondí «demasiada espera», pero luego me percaté de que esa opción daba espacio a un gran abanico de posibilidades argumentativas. Lo que sucede con los test es precisamente eso, no dan chance para que te expliques, y ellos en sí mismos tampoco ofrecen demasiadas pistas o señales.

 

Entendí pronto que a los menos empapados, demasiada espera podía parecer impaciencia de mi parte a la hora de esperar a que mi pareja se vista. Bastante, por cierto, siempre termina después de mí, pero incluso porque empieza a prepararse más tarde.

 

El caso es que yo no quería decir eso, yo apuntaba a la necesidad así, imperiosa, de vivir con intensidad, pensándolo casi todo, so pena de perder las mejores oportunidades. Porque en los tiempos que corren y parecieran, de hecho, detenidos, muchas parejas jóvenes y otras que no lo son tanto, deciden ir despacio, dejando que se vuelva a poner la luz roja unas doscientas veces antes de cruzar la calle.

 

Quienes me leen, hace rato conocen que no soy lenta, tampoco ando como loca por la vida, y me tomo el tiempo para pensar en posibles desenlaces. No siempre he acertado, y eso ha propiciado un poquito más de flexibilidad de mi parte. Todo no es redondo ni cuadrado, tampoco blanco o negro, porque la vida en sí misma está llena de matices.

 

Algunas personas llegan a nuestras vidas en momentos pareciera que inapropiados. ¿Cómo saber a ciencia cierta cuál es el momento justo? No tengo la respuesta, ningún momento es mejor que otro; en todo caso, en el preciso instante no lo sabrá, porque no conozco ni a uno solo que lo haya sabido así, con absoluta certeza.

 

Muchos de mis conocidos se apuntarían en la lista (si existiera) de los que necesitamos días de 25 o más horas. Yo misma lo hiciera, si se diera la oportunidad. No obstante, como es sabido, si no le alcanzan las 24, peor para usted, tendrá siempre que esperar al día siguiente.

 

Nadie puede, por mucho que se esfuerce, añadir a su jornada un minuto, ni siquiera un segundo. Podrá multiplicarlos o aprovecharlos más, pero ni Usain Bolt, que corre más rápido que el resto de los mortales, puede añadir a su mañana ni una centésima de segundo.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.