ESTRENOS DE CINE: Mala conducta

Como género el filme es un policial, con sus, por supuesto, dotes pletóricas de intriga, suspenso, en esta ocasión enlazadas por delitos y fraudes… muy enrevesados y llenos de misterios, que, como si de telenovela brasileña se tratase, solo se resolverán en los últimos cinco minutos de metraje.

El reparto incluye a Al Pacino y a Anthony Hopkins, pero estos dos grandes actores no pueden estar más desperdiciados. El protagónico cae sobre Josh Duhamel, que al lado de los dos grandes íconos de la pantalla grande con los que comparte escena es apenas un chico –y perdónenme la popularidad de la frase- “muy conocido en su casa”. Duhamel trata, pero no logra dar una muestra aceptable de talento. Sucumbe entonces la película, por no aprovechar a sus grandes actores, y cae bajo el supuesto de que su protagónico podría estar a la par de estos.

Los arreglos musicales están a cargo del prestigioso del pianista y compositor hispano-argentino Federico Jusid, que tiene una larga trayectoria en el cine (ya que ha creado bandas sonoras para películas de Ridley Scott y otros grandes directores). También en Misconduct su música ayuda con vigor a crear el clima pertinente y a mantener un ritmo acorde al interés de la película. Si esta cinta tiene alguna ventaja, es la música.

El principal problema de Misconduct es aquello es deviene la esencia misma de todo filme: su guión. Si hubiese sido más elaborado, mejor hilvanado, podría haber logrado una supremacía excelsa. Materia prima para eso tiene. Pero los vericuetos son tantos, y tan poco explicados, que termina la trama dando la sensación de ser forzada. Y ese motociclista que se pasea por todo el filme en moto, sin que se vea su cara o aporte demasiado a la trama, ¡minutos desperdiciados en nada!

Primera vez que aparecen juntos Anthony Hopkins y Al Pacino en la pantalla grande. Si hubiera pasado esto hace veinte años habría habido una sensación en el mundo de la parafernalia cinematográfica, un probable éxito de taquilla y de crítica. Pero ha llovido mucho desde entonces. Quién dice que veinte años no son nada. Estos actores veteranos, en esta cinta puestos en un segundo plano, no son suficientes para el despliegue de una película que, por demás, carece de un guión lo suficientemente elaborado.

Con toda esta diatriba se me ha olvidado mencionar el argumento del filme: Una noche Ben (Duhamel), hombre casado, golpea Emily (Malin Akerman), quien se ha secuestrado a sí misma para darle celos a su novio (Anthony Hopkins). Cuando Hopkins se entera de que Emily ha sido secuestrada, contrata a una experta en secuestros llamada Jane (Julia Stiles) para salvarla, y de paso proteger posibles desviaciones de información de su negocio multimillonario, que lleva con la ayuda de los fraudes que para él comete Al Pacino.

El guion de esta cinta, de Simon Boyes y Adam Mason, a ratos parece un intento fallido de mezclar los thrillers paranoicos a los que nos acostumbraron los años setenta y el noir erótico de los años noventa. La idea es buena, pero la puesta en escena de Misconduct incluye demasiados giros, tantos que hacen perder la credibilidad y el norte de esta película.