El guepardo Phelps

Nada de eso, como era de esperar. Se trata de un tratamiento de origen milenario que le permite mejorar sus condiciones físicas, y vaya si ha sido efectivo, pues hasta el momento el Tiburón de Baltimore no ha perdido ninguna opción de triunfo, y ya suma tres oros a su abultadísimo palmarés olímpico.

Por los tiempos que traía, no parecía que pudiera hacerse tan presente en los podios de Río de Janeiro-2016, pero lo cierto es que sobre las aguas del centro acuático ha impresionado, tanto en los 200 metros estilo mariposa como en los dos relevos en los cuales ha intervenido. En el 4x100 libre su actuación fue incluso vital, pues recibió en desventaja y cuando concluyó su tramo, solo era cuestión de tiempo para la coronación de su posta.

Con su cuerpo lleno de moretones, al estilo de un guepardo, Phelps se ha contagiado, y si ese es el animal terrestre más rápido del planeta, él ha sido el más rápido sobre el agua en Río-2016.

Ese historial tan copioso hacía pensar en un problema de motivación para enfrentar este regreso a las piscinas, pero qué mayor motivación que tener en las tribunas a su esposa, su pequeño hijo y su madre. Por eso cada vez que termina una prueba o una premiación va a las tribunas a festejar con sus seres queridos.

Si ya era una leyenda antes de viajar a Río, con lo hecho hasta ahora, que todavía puede aumentar, no sé en qué categoría colocar a este nadador, en la galería de los inmortales del deporte mundial.

Es que con la especialización del deporte actual, es muy difícil que alguien sea tan dominante en un deporte multimedallista, pero evidentemente Phelps es un superdotado. Solo así puede explicarse no solo que reine en la actualidad, sino que lo haga con mucha menos preparación que el resto de los tritones del planeta, regalando la mitad del ciclo olímpico.

Solo nos queda reverenciar a este excepcional deportista, que se ha reinventado ahora con apariencia de guepardo.