PARA BAILAR LA SAMBA: ¡Esa Driulis…!

PARA BAILAR LA SAMBA: ¡Esa Driulis…!
Fecha de publicación: 
1 Agosto 2016
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La lesión golpea su columna. Con tantos deseos y tan cerca Atlanta 1996. “Tengo que ganar; ¡voy a ganar!”, piensa Driulis González aunque el  dolor la ataca más allá del cuerpo. El Doctor Rodrigo Álvarez Cambras y su equipo, al rescate. El mal es grave y obstaculiza el adiestramiento. La judoca debe ponerse una minerva. En cuanto puede, vuelve a practicar con mucho cuidado y entrega mayor.

 

¡Aquí está! Ciclón en busca de la corona de los 57 kilogramos. Primer escollo. La francesa Magaly Batón. Dura pelea. La gala posee condiciones. Mas la cubana lleva la ofensiva, ¡casi la proyecta…!. Sigue, Driulis, sigue...Y tanto que la derrota por superioridad. Venga la segunda oponente. La holandesa Jessica Gal. Ataca: frente a ella, una montaña que la hace caer por shido.

 

La siguiente concursante: Nicola Fairbrother, de  Inglaterra,  subtitular  de este peso en la gran contienda de hace cuatro años, ha venido dispuesta a mejorar el color del premio. Después del jajime es mar enfurecido. Se estrella contra una roca. Su rival responde  y la vence por superioridad. Entonces, la china Chuang Liu: técnica, fortaleza, resistencia. La contraria no se amilana. Espera el momento. Ahora…Y su contraofensiva cristaliza: ¡ipponazo!

 

Por el título frente a la coreana del sur Jung Sun- Yong. Combaten duro. Muy parejas. ¡Ventaja para la caribeña! Mantenla; así… El yuko resulta decisivo. ¡Driulis González, campeona olímpica!

 

PÁRRAFO PARA RIOKO

 

En la lid de la ciudad catalana empezó el paso triunfal de la mejor judoka de todas las épocas: la japonesa Rioko Tamura, de los 48 kilos. Vicetitular, solo superada por la francesa Cécile Nowak. De Atlanta tampoco se marcha completamente dichosa: repite el lugar, doblegada  en esta ocasión por la coreana democrática Kye Sun Hui. Dos de oro, por fin, en Sydney 2000 y Atenas 2004, allí con el apellido Tani, y bronce en Beijing 2008, constante  as mundial y de diversas competencias internacionales.

 

Driulis es la segunda mejor practicante de este arte marcial en todos los tiempos. En Sydney 2000 alcanzó una medalla de plata que, para muchos, debió ser dorada porque el arbitraje favoreció a la española  Isabel Fernández;  bronce en Atenas 2004, en los 63 kilos.  Logró varios cetros mundiales, de los Juegos  Deportivos Panamericanos, en la lid continental de la disciplina, Centroamericanos y del Caribe y de otros torneos importantes.

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